Puno: Plantas frenarán la contaminación del lago Titicaca
OBJETIVO. Proyecto se construirá en seis ciudades, que evacuan alrededor de 1 200 litros por segundo de los desagüe. Una vez concluido el proyecto, solo debe ingresar agua transparente.
Liubomir Fernández
La construcción de las seis Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) marcará un hito en la conservación de las aguas del Lago Titicaca, convertido en la cloaca de Puno.
Las plantas se ejecutarán en las ciudades de Ilave, Juli, Moho, Ayaviri, Juliaca y Puno. Juntas tratarán más de 1 200 litros de aguas servidas por segundo, provenientes de las ciudades localizadas en los alrededores de este inmenso espejo de agua.
En la práctica, esta infraestructura captará los desagües, los tratará y debe verter agua limpia libre de lodo. La evacuación será acorde a los estándares de calidad establecidos por ley.
Para lograrlo, la empresa mexicana Fypasa, que ganó la licitación por S/ 836 millones, implementará un sistema sencillo.
Los desagües de las poblaciones deberán ser reconducidos a la nueva infraestructura, que abarcará alrededor de cuatro hectáreas en cada una de las ciudades mencionadas. El agua sucia de las viviendas será sometida a un primer pretratamiento, donde se separan los residuos de mayor tamaño para facilitar los procesos posteriores y evitar taponamientos. Luego, se retirarán las partículas en suspensión. Después, vendrá el tratamiento secundario, que elimina la materia orgánica biodegradable. Finalmente, el agua pasa por un tratamiento terciario de desinfección de las bacterias y virus, para asegurar que el agua sea descargada de nuevo al río o lago.
En seis meses, se iniciaría la construcción de los colectores y, en los próximos 18 meses, se construirán las plantas. La empresa tendrá el mismo tiempo para concluir la infraestructura física de la obra. Posteriormente, en los próximos seis meses, debe comenzar la operación comercial de la planta. El plazo de concesión es de 30 años.
Fypasa, además, se encargará de poner en operación y mantenimiento las plantas existentes en las ciudades de Azángaro, Huancané, Lampa y Yunguyo. En cada una de estas localidades, existen una planta, pero no funcionan de manera óptima por los altos costos de mantenimiento. Por eso, la modalidad de financiamiento de todo el paquete del proyecto es bajo la figura de Asociación Público Privada. Esta establece que el concesionario financiará la ejecución de las obras y, una vez concluidas y operando, el Estado peruano le retribuirá los costos de la inversión en 15 pagos anuales, fijos y en soles. De manera separada, se retribuirán los costos de operación y mantenimiento en función a la cantidad removida de contaminantes; sin embargo, esto estará sujeto a descuentos, en caso que no se cumpla con los niveles de servicio. El director de Proyectos de ProInversión, Ernesto Zaldívar, recordó que las PTAR tendrán un impacto positivo en la región Puno. Recordó que se reducirá la cantidad de agua contaminada que recibe el lago Titicaca y, a mediano plazo, se podrá remediar la contaminación de sus orillas.
Obras de tratamiento no son la única solución
Diversos profesionales señalaron que las PTAR son una necesidad pública, pero no la solución a los más de 20 años de contaminación. El biólogo Juan José Villar aseguró que la obra solo supondrá que no ingrese más agua de desagüe al lago, pero de ninguna manera supone la solución al problema de fondo. “Está bien, no estamos en contra, pero que no nos engañen. Después debe priorizarse el trabajo de los cuerpos contaminados presentes en el lago y eso demandará más años de los que incluso demoró lograr el proyecto”, dijo. Similar fue la posición del sociólogo Onofre Flores. Este dijo que solo se está hablando de una parte de la verdad. “Se está usando el proyecto como si fuera lo único que afecta a los puneños y no es así”, precisó.