Po r OSWALDO DE RIVERO, GINEBRA .....Al entrar al siglo XXI todos los Estados Naciones enfrentan desafíos globales , como la revolución tecnológica, la inestabilidad de los mercados financieros, los graves desequilibrios climáticos y ecológicos, la inseguridad hídrica, alimentaria y energética producida por la expansión urbano planetaria, las luchas de desintegración nacional, la mundialización de las mafias y el surgimiento de una poderosa sociedad civil global que defiende los derechos humanos, la ecología y la democracia. Hoy el Perú carece de un diseño estratégico para enfrentar los desafíos globales que lo amenazan en el siglo XXI. Desafíos que, de no vencerse, lo pueden convertir en un Estado Nación inviable, que sólo sobrevivirá, en la unidad de cuidados intensivos, de la ayuda internacional y de la reestructuración constante de una deuda externa impagable. LOS CINCO GRANDES DESAFÍOS (*) El primer gran desafío que tiene el Perú es su entrampamiento en una exportación primaria y de poca intensidad tecnológica que lo va marginando de la economía global moderna . Este desafío debe enfrentarse sin demora, porque la actual revolución tecnológica está haciendo que se utilice cada vez menos materia prima por unidad industrial producida. Los nuevos materiales diseñados en los laboratorios reemplazan y emplean cada vez menos minerales, metales, fibras y productos naturales. Hoy la demanda mundial de productos primarios (excepto el petróleo) crece sólo alrededor del 3%, la demanda mundial de productos manufacturados con poco contenido tecnológico no pasa el 5%, mientras que la de los productos y servicios con alto contenido tecnológico llega, nada menos, hasta el 15%. El monto de minerales y metales por unidad industrial producida es hoy sólo las 2/5 partes de 1950. Según el Banco Mundial, los precios reales de las materias primas, excepto el petróleo, son hoy los más bajos desde 1945, y esta situación no va a cambiar en el siglo XXI, simplemente porque es imposible que se desinventen las tecnologías que usan menos productos primarios. Con exportaciones primarias, unidas a exportaciones manufactureras, con muy baja intensidad tecnológica, jamás se podrá contar con recursos externos suficientes para elevar el nivel de vida de la población peruana. Siempre tendrá que endeudarse el país y depender cada vez más de la ayuda internacional para sobrevivir. Hoy el Perú paga casi el 30% del valor de sus exportaciones como servicio de su deuda, y es ya, después de Bolivia, el país de la América Latina que más ayuda internacional recibe. EL SEGUNDO GRAN DESAFÍO DEL PERÚ ES SU ALARMANTE INSEGURIDAD ALIMENTARIA El país importa cada vez más alimentos y recibe la más grande ayuda alimenticia de América Latina, y, a pesar de ello, los peruanos tienen hoy, con los haitianos, los guatemaltecos y los bolivianos, los más bajos consumos de calorías per cápita de esta región. Según el reciente Informe sobre Desarrollo Humano, el Perú sólo supera en consumo de calorías a Azerbaiján, Tayikistán, Irak, Bangladesh, Angola, Botswana, Burundi, Camerún, Congo, Somalia, Kenia, Madagascar, Rwanda, Liberia. Mozambique, Sierra Leona, Sudán, Tanzania, Etiopía y nadie más. Según los estudios del World Wacht Institute, la demanda mundial de alimentos crecerá este siglo más del 3% y la producción mundial sólo 2,8%. Hoy existe una desaceleración de la producción y un aumento de los precios de los alimentos básicos, como el trigo, maíz, soja, arroz. Además, los países más poblados del mundo, la China y la India, debido a su explosión urbana y a problemas ecológicos irreversibles (erosión, salinización y sequía persistente), comenzarán en este siglo a convertirse nuevamente en masivos importadores de alimentos, aumentando aun más la demanda y los precios mundiales y afectando así a los países que como el Perú importa cada vez más alimentos con los magros recursos de exportaciones primarias y de bajo contenido tecnológico. EL TERCER GRAN DESAFÍO DEL PERÚ ES SU INSEGURIDAD HÍDRICA El agua se vuelve escasa y cara en el planeta. El Instituto para el Medio Ambiente de Estocolmo y las Naciones Unidas consideran que la mitad de la población mundial estará afectada por la escasez de agua en el año 2015, debido a la disminución del ciclo hidrológico de la Tierra como consecuencia de la expansión urbana planetaria. Los síntomas de esta inseguridad hídrica están ya presentes, aguas subterráneas, lagos y ríos se están secando en todos los continentes. Las Naciones Unidas considera que para tener una vida saludable se necesitan como mínimo 3,000 metros cúbicos de agua potable per cápita al año. Hoy los peruanos figuran en los informes internacionales con un consumo de agua mucho más reducido que este límite crítico. En América Latina y en el mundo, nuestra población es una de las que tienen mayor inseguridad hídrica, comparable en la región sólo a la de Haití, y en el mundo sólo a la de los países del Norte de Africa y del Medio Oriente. El acceso al agua será aun más crítico en el futuro en el Perú porque casi las 3/4 partes de la población peruana es urbana y se ha concentrado en grandes ciudades de la costa, una zona árida, ecológicamente no conveniente para grandes asentamientos humanos. El crecimiento demográfico explosivo de las grandes ciudades en zonas áridas como las del Perú, las del Norte de Africa y las del Medio Oriente hace que la poca agua de estas áreas áridas, que deberían entrar en los canales de irrigación para aumentar la producción de alimentos y lograr seguridad alimentaria, entre más bien en las cañerías para uso doméstico, uso industrial, jardines privados, parques públicos y estadios. En este siglo la escasez de agua per cápita se convertirá en un nuevo indicador mundial que servirá para identificar qué países no son viables, debido a que su población no dispone del recurso más elemental para sobrevivir en este planeta EL CUARTO GRAN DESAFÍO DEL PERÚ ES SU INSEGURIDAD ENERGÉTICA Según la Agencia Internacional de la Energía, el precio del petróleo podrá oscilar, pero no será barato en el futuro debido al crecimiento de la demanda mundial como consecuencia de la expansión demográfica urbana planetaria. Se podrán producir "nuevos choques", con alzas violentas de los precios, e inclusive rupturas del aprovisionamiento para países pobres. El Perú ha dejado de ser autosuficiente en petróleo y, a pesar que importa cada vez más este hidrocarburo, tiene hoy uno de los más bajos consumos de energía per cápita en el mundo. Un peruano consume anualmente sólo unos 400 kg de petróleo per cápita. Este consumo es menor al de todos los latinoamericanos, excepto bolivianos y paraguayos. Muchos países pobres como el Perú tienen sin duda potencial hidroeléctrico. Sin embargo, existe muy poco capital extranjero disponible hoy en el mundo dispuesto a financiar las enormes inversiones que se requieren para construir grandes represas. Por otro lado, la explotación del gas de Camisea sólo podrá mitigar la inseguridad energética del Perú porque, como lo señala la experiencia en casi todos los países que tienen gas, nunca este combustible ha podido reemplazar al petróleo como energía dominante en las economías nacionales. Si no se encuentran nuevos yacimientos petrolíferos y no se comienzan a plantear, desde ahora, una estrategia nacional para ahorrar energía y emplear energías alternativas (solar y eólica), la factura externa del petróleo seguirá aumentando por el gran crecimiento de la población urbana peruana. Factura que cada vez será más difícil de pagar con los pocos recursos que proporcionan una inserción en la economía global con exportaciones primarias y de bajo contenido tecnológico EL QUINTO DESAFÍO DEL PERÚ ES LA CARENCIA DE UNA RENTA ESTRATÉGICA La falta de una renta estratégica del Perú se manifiesta por su débil poder de negociación internacional. En efecto, en el duro mercadeo geopolítico mundial, el país tiene pocas fichas. No exporta productos que son estratégicos para la humanidad, como el petróleo o los alimentos. El país no domina canales y estrechos marítimos estratégicos por donde transita una gran parte del comercio mundial, como Turquía, Egipto, Arabia Saudita, Omán, Singapur, Indonesia, Sudáfrica, Chile o Panamá. Tampoco la inestabilidad y pobreza del Perú son vistas como una amenaza para las grandes potencias, como para que el país se haga merecedor de grandes inversiones y rescates financieros internacionales, como es el caso de México, vecino de Estados Unidos, o los casos de Marruecos, Argelia y Túnez, vecinos de la Unión Europea. Estos enormes desafíos globales no podrán vencerse si no se establece un Pacto por la Supervivencia, en el cual todas las fuerzas democráticas se comprometan, en sucesivos gobiernos, a aumentar el contenido tecnológico de nuestras exportaciones, lograr seguridad, alimentaria, hídrica, energética y obtener una renta estratégica, Pacto del que me ocuparé en un segundo artículo. (*) Para mayor información sobre estos desafíos ver el próximo libro del autor "The Myth of Development: Non Viables Economies in the XXI Century", que se publicará a mediados de abril de este año en Londres y Nueva York por Zedbooks y Saint Martin Press