Fernando Eguren: Los más de 50 muertos ameritan poner en cuestión la salida, muy próxima, del gobierno y la convocatoria a elecciones
Fernando Eguren López, sociólogo y presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) y director de la revista “Agraria” y de la revista “Debate Agrario”, fue entrevistado en LR+ Economía, el programa económico del diario La República. Consideró que se agudiza la contradicción entre la sociedad y el gobierno y que asombra la insensibilidad del gobierno y el Congreso, y que le están echando cada vez más leña al fuego.
Sociólogo y presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) y director de la revista “Agraria” y de la revista, “Debate Agrario”, entrevistado por Rumi Cevallos en LR+ Economía. Foto: Captura.
Puede ver la entrevista aquí: Fernando Eguren entrevistado en LR+ Economía (20 de enero 2023)
—¿Qué lectura tiene del pronunciamiento hecho ayer por la presidenta, Dina Boluarte?
—No dejo de estar sorprendido de la ceguera para poder interpretar lo que está ocurriendo en el país. Efectivamente, no hay la menor consideración, el menor intento de explicar qué es lo que está pasando. Ella comienza su exposición diciendo a quienes quieren trabajar en paz, y no me cabe ninguna duda que los peruanos quieren trabajar en paz, pero que no tienen las condiciones para trabajar en paz. Y cuando digo eso, no estoy poniéndolo en contraposición a violencia. Estoy diciendo que la condición de trabajo para la mayor parte de peruanos, específicamente para quienes trabajan en el campo, las condiciones son adversas. En el caso de la agricultura, ya lo sabemos, el último censo agropecuario, nos ayuda a revelar que hay una extensión enorme de minifundios y una mínima cantidad recibe asistencia técnica y una mínima cantidad recibe acceso a créditos. Sabemos que hay una carencia tremenda de vías de comunicación, una educación rural muy mala y que la atención de salud es muy mala. Creo que los gobiernos y la opinión pública se han acostumbrados a normalizar esa situación.
—La presidenta digo algo así: “¿Quién los financia, por qué vienen a Lima?” Y hago alusión a un tuit del periodista Marco Avilés, quien cuestiona lo dicho por la mandataria de forma satírica así: “¿Quién los financia, muertos de hambre, para que estén viniendo a la capital?” Se dirige, pues, a esas personas, hombres del campo que llegaron a Lima a expresar su protesta. Esto demuestra dureza porque junto a lo dicho por el premier Alberto Otárola, hay visos de criminalizar la protesta. ¿Cree usted que esto pondrá más tirante la situación en el país?
—Ver las cosas como la está viendo el gobierno agudiza la contradicción entre la sociedad y el gobierno. En este asunto de quién los financia, a mí no me cabe duda que hay sectores de economía ilegal, etc. que pueden sacar algún tipo de provecho en situaciones dramáticas. Pero eso no es lo principal, que explica lo que estamos viviendo. No necesariamente hay que pensar que todos los que se movilizan son personas indigentes. Los campesinos tienen algunos recursos, lo que están pidiendo son condiciones que ellos ven existen en otros sectores de la sociedad, y saben que sus condiciones pueden mejorar, que se les está siendo negado, gobierno tras gobierno. Estamos en un momento especial de una crisis que es mucho más larga y que en algún momento tenía que explotar porque los canales para expresar todas estas necesidades, desgraciadamente, se han ido deslegitimando con el tiempo. Todos reconocemos que los pocos partidos políticos que existen casi no merecen ese nombre, tenemos varios congresos absolutamente insensibles y no solo este Congreso. Los gremios están debilitados, entonces cuáles son los canales de expresión sobre todo de este tipo de necesidades que debieran expresarse en espacios institucionales. No los hay.
"Chucuito, 1959". Acuarela de Alcides Catacora Pinazo. Foto: Internet.
—Hay una acuarela del maestro, Alcides Catacora Pinazo, que se llama “Chucuito”, y que está circulando en las redes sociales, donde se ve a un camión transportando a comuneros, campesinos, que se dirigen a algún lado. Y justo coincide con la llegada de los hombres del campo a Lima, exigiendo la renuncia de la presidenta y un adelanto de elecciones. ¿Qué tanto esta crisis política afecta a los agricultores del país?
—De manera directa. Para comenzar, estamos en unas condiciones extraordinarias desde antes de la pandemia. Esta historia se ha ido acumulando para agudizar todos los problemas que ya existían. Hemos tenido una pandemia que ha sido enfrentada de una manera muy diferenciada en el país porque los servicios de salud están muy mal distribuidos, particularmente en las áreas rurales están muy afectadas. Recordemos también los problemas de interrupción del tránsito de alimentos y de personas en los años de la pandemia. Las escasas prestaciones de servicio que el Estado ofrecía al sector rural, prácticamente se interrumpieron. Entonces, se acumularon una serie de problemas dentro los cuales hay que reconocer que en el Perú, como ocurrió en otros países del mundo, el sector agrario y los productores agrarios fueron los que han sostenido buena parte de la economía y de la provisión de alimentos.
—Durante la crisis por la pandemia por Covid-19, son quienes tuvieron un papel prioritario para llevar los alimentos a nuestras mesas. En este contexto, una noticia publicada en La República, señala que la siembra de la presente campaña agrícola cae en 18,9%, con reducción de cosecha, con alto costo de insumos, y la falta de lluvias impulsaron el retroceso. Papa, quinua, frijol, entre otros, son los más afectados, y hasta noviembre se registró una caída de 7 de los 8 principales productos transitorios, según el Midagri. ¿Sobre este tema, cree que se está atendiendo para revertir estas complicaciones en el sector agrícola del país?
—Cuando hay una historia de carencia en el sector rural, y cuando ocurre este tipo de coyunturas, los mecanismos que se tienen para responder rápidamente, muchas veces no existen. Por ejemplo, sequías, y desde mucho tiempo se ofrecen grandes inversiones para la pequeña agricultura, para mejorar canales de riego, para irrigaciones, y esto nunca termina de materializarse. Entonces, cuando vienen los tiempos de sequía, no hay los depósitos de agua, no hay pequeños estanques que pueden servir para soportar situaciones de sequía. No hay almacenes, no hay centros de acopio, o si los hay son de manera muy escasa. Y cuando llega el momento donde ocurren estas cosas, las posibilidades de dar rápida respuesta son muy escasas. Hemos visto también que los intentos de apoyo de este gobierno y de gobiernos anteriores también tuvieron alcances muy limitados, porque la presencia del Estado en las áreas rurales no permite que se canalicen estos recursos económicos financieros que podrían ayudar a salvar algunos de estos problemas. Hay un fondo para sequías pero para eso se necesita todo un sistema de información y de poder acceder a estos fondos de apoyo, y hay grandes vacíos en estas posibilidades de apoyar a la agricultura.
—Anoche la ministra de Desarrollo Agrario y Riego, Nelly Paredes del Castillo, llamó a la tranquilidad de la población limeña respecto al abastecimiento de alimentos y que ingresaron al mercado mayorista N° 1 de Santa Anita, 10 mil 200 toneladas de alimentos, 7 mil 600 de verduras y 2 mil 600 de frutas, al igual que en el mercado mayorista de frutas, ingresaron 2 mil 600 toneladas de frutas. Y que adicionalmente a ello, el precio de la papa, tomate y tomate, bajaron en tres puntos. Por ello hizo un llamado a los comerciantes para que trabajen junto con el gobierno en la paz no especulando en los precios. ¿Qué opina de la declaración de la ministra?
—Creo que la ministra tiene que decir que las cosas están más o menos normales, etc. pero no olvidemos que hay un gravísimo problema de acceso de alimentos, no solamente con un problema de producción como informó La República. Las cifras avanzaron menos por la sequía, porque hay menos fertilizantes, porque están más caros, y obviamente se redujeron las áreas de siembra y cuando empiece el periodo de cosechas va haber un déficit en la producción de alimentos y vamos a tener la necesidad de importalos. Pero, además, de la producción, hay un problema de acceso que fue agravado por la pandemia, los despidos, los nuevos empleos que son informales y con menores ingresos. La declaración del estudio que hizo la FAO, que publicó hace pocos meses, y que llega a la conclusión que la mitad de la población peruana está en una situación de inseguridad alimentaria moderada o grave. Eso debe llamar poderosamente la atención no solo del gobierno central sino de los gobiernos regionales. Estamos ad portas de una posible crisis de reducción de la producción, sino de un agravamiento del acceso de los alimentos que los procesos de inflación económica y particularmente de alimentos van a continuar. Estamos en un entorno internacional que nosotros no controlamos, y que todo tiende a que en los meses y años siguientes el entorno económico global, del cual dependemos muchísimo, sea grave. Esta situación que vivimos se va agravar en el futuro cercano. No se va mejorar, se va a agravar. En este contexto, no existe en el Perú políticas agrarias. Hubo alguna esperanza cuando el expresidente Pedro Castillo ofreció esta segunda Reforma agraria que estaría orientada a la agricultura familiar. Esto no terminó de ser una expresión retórica porque todo lo que decía esta famosa segunda Reforma Agraria ya existía en una ley del año 2015, la Ley de apoyo a la agricultura familiar, sobre la cual se avanzó poquísimo. En este marco, las cosas no se van a poder resolver ni siquiera en el corto o mediano plazo, porque lo que está ocurriendo en términos del cambio climático nos está presentando un panorama extremadamente preocupante para los próximos años, respecto a los cuales el país tampoco se está preparando. Tenemos no solo desafíos de la coyuntura, sino desafíos de procesos muchos más largo plazo, respecto a los cuales el Perú no está creando ninguna respuesta en la cual, sin la participación de esta numerosísima agricultura familiar que es la que sostiene la seguridad alimentaria del país, no vamos a poder resolver. Estamos en una situación muy peligrosa y muy grave donde no se termina ni con grandes movilizaciones que estamos viendo hoy día. El gobierno tiene que ser sensible no solo a la población sino tener una cierta visión de futuro del país en su conjunto.
—Son más de 50 los muertos que ya se registran en el país, entre ellos un policía peruano, también un comunero dirigente de Anta, en el Cusco. ¿Dónde está la salida?
—Algo aprendió el gobierno ayer, donde felizmente no hubo el uso de armas letales en Lima. A mí me parece que fue una reacción del gobierno, por causar estos más de 50 muertos, en el que amerita poner en cuestión la salida, muy próxima, del gobierno y la convocatoria a elecciones. Y lo que me asombra es la ceguera y la insensibilidad de los congresistas y parece que cada vez hay más congresistas que no quieren ratificar la decisión del cambio constitucional de reducción del periodo para iniciar unas nuevas elecciones a fin de año o el próximo año. El gobierno mismo y el Congreso mismo están echando cada vez más leña al fuego.
Puede ver la entrevista aquí: Fernando Eguren entrevistado en LR+ Economía (20 de enero 2023)