Cambalache con chivo expiatorio
El despido del procurador ad hoc lava jato Jorge Ramírez.
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El cese del procurador lava jato Jorge Ramírez es una mala señal de un gobierno que trata, al costo que sea, de evitar que se dañe el teflón de la popularidad presidencial, y va a traer cola.
El despido apareció ayer en las normas oficiales como decisión del consejo directivo de la procuraduría general del estado, firmada por el flamante procurador general, Daniel Soria, quien al mediodía señaló que “no es una decisión de carácter sancionador” sino para “fortalecer” el sistema, para lo cual designó como sucesora a quien era la procuradora adjunta de Ramírez.
Pero esto ocurre tras la revelación de unas reuniones con representantes de Odebrecht en el contexto de la demanda por US$1,200 millones que esta empresa ha planteado en el Ciadi al estado peruano, por las inversiones realizadas en el suspendido proyecto del gasoducto del sur.
Esto generó fuertes críticas de sectores opuestos al acuerdo entre Odebrecht, la procuraduría ad hoc y los fiscales lava jato, el cual fue ratificado en el poder judicial, y está siendo clave para las investigaciones sobre corrupción vinculadas a esta constructora.
La procuraduría ad hoc tomó conocimiento de la posibilidad de la demanda de Odebrecht el 23 de diciembre pasado, y desde entonces, con el interés de evitar que ello ocurra, así como establecer alguna reparación civil por el gasoducto, Ramírez informó a los ministros de Justicia y de Energía y Minas, quienes, a su vez, alertaron al presidente Martín Vizcarra y al MEF.
Asimismo, la reunión con Odebrecht en el MEM, en la que participó el hoy exministro Juan Carlos Liu y el ya exprocurador Jorge Ramírez, se realizó después de que este informara al consejo de defensa jurídica del estado.
La decisión del gobierno de sacar a Ramírez en este contexto, como chivo expiatorio, implica una coincidencia con los críticos de los acuerdos de colaboración eficaz, y un intento de evadir la responsabilidad del poder ejecutivo de no encarar oportunamente el impase con Odebrecht por el gasoducto.
Lo más probable es que, hacia el fin de semana, se produzcan, como consecuencia de este cambalache, más relevos en el gabinete, incluyendo no solo al hoy acéfalo MEM sino, también, en Justicia, entre otras carteras.
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