El fin de la estrategia de David y Goliat
Vizcarra necesita replantear su estrategia política 2020.
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La elección de hoy del nuevo congreso redefine el perfil de la política peruana, lo cual implica que el presidente Martín Vizcarra necesitará modificar su estrategia política, pues la que le sirvió tanto entre 2018 y 2109 ya no le será tan útil entre 2020 y 2021.
Vizcarra heredó de Pedro Pablo Kuczynski un congreso manejado por el fujiaprismo que, luego de unos primeros meses de tensa armonía con el gobierno, para sorpresa y desgracia del parlamento se quebró al constatar que el nuevo presidente de la república no sería el pelele a su servicio que habían planeado con el fin de sostener su actitud beligerante, prepotente y, a la postre, suicida en varios sentidos.
El presidente Vizcarra fue políticamente muy exitoso al romper el pacto de sumisión que esperaba el fujiaprismo. La constatación de que ese arreglo con el fujiaprismo lo estaba liquidando en las encuestas lo motivó a moverse en esa dirección, y las revelaciones de corrupción entre jueces y políticos fue la gran oportunidad que no desaprovechó para tomar distancia frente a una bancada que, en su desesperación, blindaba con descaro a la corrupción.
Vizcarra descubrió, entonces, lo sexy que podía ser para la ciudadanía ponerse contra la corrupción, lo cual le permitió construir una relación con la opinión pública que pasaba por enfrentarse al fujiaprismo y a sus aliados enquistados en el congreso.
Lo que fortaleció mucho el nexo de Vizcarra con la población fue el hecho de que el presidente se presentó siempre como un desvalido David enfrentado a un poderoso Goliat, con lo cual reforzó la antigua costumbre del apoyo al pequeño contra el grandote.
Pero todo eso cambia mañana, porque el fujiaprismo ya no tendrá en el congreso el tremendo tamaño que le permitió descargar su agresividad de manera torpe contra el Gobierno.
Seguir presentándose como David ya no le será útil al presidente porque el filisteo del Goliat parlamentario fue vencido con una disolución que le impactó en la frente. Ahora las piedras a lanzar con su honda debe dirigirlas a la creación de empleo y contra la delincuencia, así como al apoyo a la reforma política y judicial en serio, y a la lucha anticorrupción. Si no se da cuenta de eso, la puede pasar mal.
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