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Política

El regreso de Rocky Balboa

“Se nota una mayor hostilidad de los anglosajones hacia lo latino desde que Trump gobierna. Es como si les hubiera dado licencia para odiar”.

PÁEZ
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Nueva York. La publicación en su cuenta oficial de un fotomontaje de su rostro con el medio cuerpo musculoso, sudoroso y desafiante de Rocky Balboa es un potente mensaje del presidente Donald Trump a sus seguidores de que derrotará a sus enemigos tantas veces como el personaje de ficción de Sylvester Stallone. Los enemigos de Trump son todos los que según él se oponen a sus políticas de “America First” (Primero los Estados Unidos) y “Make America Great Again” (Que Estados Unidos vuelva a ser grande), dos eslóganes que le permitieron ganar la presidencia y que muy probablemente volverá a usar para su campaña por la reelección. Son frases que intimidan a los migrantes porque en ambas expresiones de supuesto nacionalismo se agazapa la discriminación racial.

“El miedo hacia el terrorismo islámico ha sido reemplazado por el miedo hacia los extranjeros que no son blancos. Creen que los migrantes son invasores que hemos venido a destruir el sueño americano”, dice Joe Cheng, un migrante chino que trabaja como mesero en un restorán del famoso Chinatown de Manhattan. “Se nota una mayor hostilidad de los anglosajones hacia lo latino desde que Trump gobierna. Es como si Trump les hubiera dado licencia para odiar”, afirma Dorotea Gómez, una mexicana que limpia un inmenso centro comercial en Nueva York. “Cuando ves por la calle a alguien con una camiseta que dice ‘America First’, lo recomendable es que no te acerques si eres migrante. No debes descartar que es un supremacista”, aconseja en una tienda de regalos del aeropuerto John F. Kennedy una migrante de origen indio.

El fotomontaje de Rocky Balboa lo publicó Trump en su cuenta de Twitter después que varios testigos lo implicaron durante las audiencias del proceso de destitución (impeachment) que afronta. Según la encuestadora Gallup, el escándalo no ha mellado su popularidad. Su aprobación subió de 41% a 43%. Sus seguidores creen que las acusaciones son un invento para truncar un segundo mandato. “Es la misma gente a la que la Casa Blanca le dice que los migrantes son una amenaza para su estilo de vida estadounidense”, dice el colombiano Tomás Cruz, vendedor de salchichas en la calle. Richard Nixon se equivocó al creer que la reelección lo salvaría. Tuvo que renunciar a la presidencia. Es verdad, Trump no es Nixon. Tampoco es Rocky Balboa.

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