Las derrotas de ayer del fujiaprismo
FP y el Apra se hunden ante la historia y ante el futuro.
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La confirmación de los sobornos pagados por Odebrecht al expresidente Alan García, y el fracaso del intento del fujiaprismo por capturar el Tribunal Constitucional (TC), significan tremendas derrotas del Apra y de Fuerza Popular (FP) que oscurecen sustantivamente sus perspectivas políticas.
Por un lado, el testimonio del exsecretario de la presidencia Luis Nava, de que el exjefe de Odebrecht en el Perú Jorge Barata le entregó sobornos en unas loncheras a García, quien cometió suicidio hace medio año cuando iba a ser detenido por ese motivo, constituye un golpe muy fuerte para el Apra.
Confirma, para empezar, lo que ‘la inmensa mayoría’ de peruanos pensaba, que García ha sido uno de los políticos peruanos más corruptos en sus dos administraciones, y que sabía muy bien cómo era eso de que ‘la plata llega sola’, pero su desventura histórica termina hundiendo al Apra, pues su dirigencia dedicó las últimas décadas a defender a un corrompido: en vez de construir un partido al servicio de todos los peruanos, fue un partido dedicado a blindar a la corrupción.
Eso incluye desde sus principales dirigentes –Jorge del Castillo, Mauricio Mulder– hasta los jóvenes más destacados del Apra, que siguen defendiendo, como autómatas, la inocencia de un podrido. Ese partido, así, no tiene futuro.
Por el otro lado, FP tuvo ayer un tremendo fracaso en su esfuerzo desesperado por capturar el TC por la misma razón de querer blindar a la corrupción, mediante la restitución del régimen disuelto el 30 de setiembre, que es la razón de fondo por la que Pedro Olaechea firmó el pedido escrito por el fujiaprismo para meter a Gonzalo Ortiz de Zevallos con pata de cabra a la Casa de Pilatos. Los dos fujiapristas del TC fueron derrotados ayer sin atenuantes.
Por último, la fiscal de la nación decidió encarar a los tres fiscales supremos del Ministerio Público investigados por su pertenencia a la banda de los ‘cuellos blancos’, al confirmar a Pablo Sánchez al frente de ese caso.
Grandes derrotas para FP y el Apra, que en vez de reconstruirse mediante el reconocimiento de los delitos de sus dirigentes, y su reemplazo por gente limpia y valiosa, insisten en querer blindar a la corrupción, lo cual los hunde ante la historia y ante el futuro.
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