PSG vs. Borussia Dortmund por la Champions: ¿dónde ver?
Senamhi activa alerta naranja por anticiclón: ¿en qué regiones?
Política

Primavera política peruana

“No podemos descartar la aparición de conatos impulsivos, la movilización por una vacancia o la cuestión de confianza que se quede a las puertas de una disolución del Congreso”

mirko
mirko

¿Es setiembre, como han predicho algunos, el mes en que el conflicto político central se va a decidir? Incluso ha aparecido la expresión setiembre negro. El análisis detrás de esto es que las cosas ya no pueden alargarse más, y que un golpe de fuerza producirá un ganador más o menos absoluto. El vaticinio se centra en dos resultados posibles: un Congreso disuelto o un presidente vacado.

En efecto, hay sobre la mesa iniciativas que de prosperar podrían conducir a desenlaces del tipo muerte súbita. Pero en lo esencial todavía son sobre todo fintas. A pesar de que hay plazos dados, a estas iniciativas todavía les faltan trechos para ser peligros inminentes. Aunque las partes ya se conducen como si efectivamente lo fueran, mientras todo se demora.

No podemos descartar la aparición de conatos impulsivos que operen como ensayos. La movilización por una vacancia que no alcance los votos necesarios, pero que funcionaría como un fuerte mensaje a la presidencia. O la cuestión de confianza que se quede a las puertas de una efectiva disolución del Congreso. Ambos tal vez argumentos para una negociación de urgencia.

Algo de lo anterior está expresado en las propuestas de que las partes suspendan sus discursos de vacancia y disolución, y se apliquen a una negociación. Es decir, a un proceso de mutuas concesiones, pero que todavía no tiene una propuesta de contenido. Pero a pesar de los buenos oficios de Pedro Olaechea, no parece haber interés por tomar ese camino, ni interlocutores con mandatos suficientes.

Llegar a ese clima de solución compartida tomaría más días de los que le quedan a setiembre. Pero lo mismo puede decirse del desenlace final que algunos pronostican. ¿Entonces por qué setiembre? Quizás porque con la llegada de octubre pueden llegar las vibraciones paralizadoras del fin de año, una clásica incitación a postergar las cosas.

A la vez hay un consenso sobre que las cosas no pueden seguir así indefinidamente, lo cual no significa que haya un desenlace obligatorio en plazo breve. Siempre está la socorrida posibilidad de que la situación simplemente se siga deteriorando hasta volverse irreconocible. Después de todo, el conflicto promovido por Fuerza Popular ya tiene más de tres años.

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.