El papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, ha sido una brisa fresca en un Vaticano vuelto un espacio cargado, para algunos incluso asfixiante, por el conservadurismo de su antecesor.
La pregunta de este momento en el Vaticano y en el mundo es qué rumbo tomará la Iglesia Católica luego de la partida de Francisco. Las posibilidades más obvias son la continuidad del progresismo marcado por el papa jesuita y argentino que nos deja, o el acercamiento al impulso tradicionalista, léase conservador, que hoy recorre el mundo sin hacer diferencias geográficas.
El futuro de la Iglesia es una de esas cosas que muy pocos se atreven a pronosticar de manera taxativa. La respuesta habitual es que eso en buena medida dependerá de quién sea elegido. Barajar nombres de posibles sucesores siempre ha sido una suerte de deporte en Italia, con especialistas en vaticanismo y todo. Ahora es una preocupación mundial.
El conservador Benedicto XVI fue seguido por el progresista Francisco, pero la alternancia de esos términos no es una ley de hierro en el papado. Es sabido que los papas intentan organizar su sucesión, pero eso no siempre ha tenido éxito. El papa de salida sólo puede ordenar a unos cuantos cardenales de su línea, pero no decidir el siguiente cónclave.
Francisco fue producto de un deseo de cambio. Primer jesuita, primer latinoamericano, y él mismo dedicó sus 12 años de papado a efectuar cambios modernizadores en la doctrina y la administración de la Iglesia que recibió. En ese tiempo la Iglesia siguió creciendo en Asia y África, pero muy poco en la Europa desde donde se expandió alguna vez.
¿Esta todavía allí ese deseo de cambio que se expresó en el cónclave del 2013? Quizás debemos pensar también en un deseo de representatividad. Según el conteo Pew en el 2010 América Latina + Caribe alojaban al 39% de los católicos, Europa al 24%, el África sub-sahariana 16%, Asia-Pacífico 12% y América del norte 12%.
Pero también están las figuras individuales con alguna forma de peso propio. Se dice que el cardenal filipino Luis Antonio Tagle es la sucesión que alentaba Francisco. Falta saber si los seguidores de Francisco van a ser una mayoría suficiente en el cónclave que ya se está organizando en Roma. En verdad cada tendencia tiene uno más nombres en liza.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).