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Poeta peruano en Montevideo, 1925, por Mirko Lauer

"En 1913 ganó los Juegos Florales de Barranco y viajó a Guayaquil; en 1916 a Chiclayo, Chile, Argentina y Europa".

Juan Parra del Riego murió en Montevideo hace 100 años. A pesar de su calidad poética y sus muy apreciados poemas sobre el fútbol y la técnica, es poco probable que su figura produzca homenajes como los que vimos en torno a César Vallejo y Trilce el año pasado. Pero como la de tantos vanguardistas peruanos, su peripecia muy bien merece recogerse. Ponemos al día una semblanza publicada más o menos hace un cuarto de siglo.

Era de familia huancaína y llegó a Lima muy de niño. En 1913 ganó los Juegos Florales de Barranco y viajó a Guayaquil; en 1916 a Chiclayo, Chile, Argentina y Europa. Según Alberto Tauro del Pino, fue en París donde el poeta contrajo la tuberculosis que lo terminaría matando en Montevideo. Fue el poeta más vitalista y panteísta de la vanguardia peruana.

A menudo es comparado con el protovanguardista E.T. Marinetti, aunque la poesía de Parra del Riego está limpia de oscuridades violentistas, alejadísima del fascismo del italiano, y postula más bien una alegría a lo Walt Whitman, como ha hecho notar el crítico uruguayo Alberto Zum Felde (1926). En 1918 Alberto Hidalgo lo consideró discípulo poético de Abraham Valdelomar.

Quizás es por la anterior comparación que Alberto Guillén (1931) llama a la poesía de Parra del Riego “canto saludable y tónico como mordisco en el paisaje”. Alberto Escobar (1965) define su marinettismo como “un canto varonil de la naturaleza y el hombre moderno”.

Estuardo Núñez (1938) siente que en su obra coinciden “cierta sonoridad derivada de Chocano, algún rezago de Rubén Darío y un aliento multitudinario y democrático aprendido de Whitman”. Vemos, pues, que no le faltaron influencias reconocidas a este vanguardista cuyos poemas sobre fútbol lo acercaron a la celebridad.

Con su enfermedad ya muy avanzada se casó en Montevideo con la poeta uruguaya Blanca Luz Brum, quien luego de su muerte, en 1926, se volvería un dinamo del vanguardismo en el Perú. El año de su muerte publicó Himnos del cielo y de los ferrocarriles y Blanca Luz. Su obra poética fue recogida en un tomo en 1943. Su libro de himnos recién fue reeditado en el 2021.

“Yo que canté un día / la belleza violenta y la alegría / de las locomotoras y de los aeroplanos, / qué serpentina loca lanzaré hoy al mundo / para cantar tu arcano / tus cilindros sonámbulos, tu fuego profundo / ¡oh tú. El motor oculto de mi alma y mis manos!”.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).