Año nuevo EN VIVO: sigue la cuenta regresiva para recibir el 2025

Fin de año, sin fin de fiesta, por Rosa María Palacios

La política el 2024, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, se ha mostrado como autoritaria, mercantilista y conservadora. 

Los ciclos anuales sirven para hacer balances, para recordar eso, bueno o malo, que aconteció. Los afortunados cuentan nacimientos, graduaciones, matrimonios, viajes, éxitos personales o comerciales. Los desafortunados hacen la cuenta de sus muertos, sus divorcios, sus ausencias, sus desengaños y sus fracasos. La mayoría tenemos de ambos y nos consideramos bendecidos si en el recuento final hay más de lo primero que de lo segundo.

¿Cómo hace la cuenta un país? A veces, escogiendo un acontecimiento. ¿Cuál sería el acontecimiento político mas importante del 2024? Uno catastrófico, lamento decirlo. La consolidación del poder político en pocas familias que han destruido el Estado de derecho para favorecer la actividad criminal. Hace unos días, Transparencia ha publicado el informe ‘20 golpes legislativos: el impacto de leyes que socavan la democracia y el Estado de derecho’. Si bien el informe incluye normas del 2023, es este año cuando el proceso se dispara. Se modifica la colaboración eficaz, se reducen los plazos de prescripción penal, se excluye a partidos políticos de responsabilidad penal, se brinda impunidad para crímenes de lesa humanidad, se modifica el tipo penal organización criminal, se hacen más difíciles los allanamientos, se deroga (hasta hoy) la detención preliminar, se pretende limitar la extinción de dominio, solo por mencionar las más grotescas. Podríamos añadir el desmantelamiento de toda la reforma electoral, destruyendo las PASO, por ejemplo, o la destrucción de la reforma universitaria o la promoción de la minería ilegal o el transporte informal.

¿Quiénes son los promotores de esta barbarie legal? Los partidos con presencia parlamentaria cuyos líderes tienen problemas con la justicia o podrían tenerlos en un futuro no muy remoto. Keiko Fujimori estuvo presa con detención preliminar y luego con prisión preventiva. José Luna estuvo bajo arresto domiciliario. Vladimir Cerrón y Nicanor Boluarte, prófugos de la justicia. Los Acuña tienen los mismos problemas, pero son los reyes del arreglo extrajudicial. Las familias gobernantes tienen en la presidenta una aliada interesada porque ella misma fue allanada y su venganza no conoce límite. No solo pasa por sacar a todos los policías que participaron en el exitoso operativo en su casa, sino también en ser alegre comparsa, promulgando todas las atrocidades que el Congreso genera.

Si tuviera que escoger un segundo acontecimiento que le dé nombre al 2024, sería el caso Rolex. Los delitos de la presidenta se investigan desde que mandó a reprimir a punta de balazos a fines del 2022 y principios del 2023. Su ambición por el poder se levanta sobre 50 cadáveres que recibieron un proyectil de arma de fuego de la policía o del ejército. Pero al gusto por el poder, se le sumó la vanidad y la codicia. Tanto los regalos de Oscorima (“préstamos”) como sus ingresos al quirófano, no informados al Congreso, suceden en secreto en el 2023, pero los hechos recién son conocidos el 2024, cuando cometió el error político de traicionar a su socio en las masacres. Desde que Alberto Otárola salió del gabinete en marzo de este año (otro acontecimiento político, olvidado pero muy relevante), su sucesor no ha tenido su habilidad para taparle las cochinadas a la jefa. Por el contrario, Boluarte le ha declarado la guerra en público a Otárola, después de que este confirmara ante la Comisión de Fiscalización su operación, sin rendir cuenta a nadie.

El caso Rolex tiene una particularidad. La presidenta ha confesado la recepción y uso de joyas valiosas por parte de otro funcionario público. ¿Cómo lo calificó? Como su wayki. Si hubiera que escoger una palabra para el 2024 que defina nuestra política, es esa. Wayki es más que amigo en quechua. Es el amigo del alma, el hermano que no es consanguíneo, pero es como si lo fuera. La presidenta y sus waykis gobiernan el Perú, sin consideración por el bien común. La política el 2024, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, se ha mostrado como autoritaria, mercantilista y conservadora. Esto último para satisfacer alguna clientela que es ingenua o hipócrita, no lo sé. Pero del autoritarismo y del mercantilismo hay abundante prueba.

En el recuento no se puede olvidar el caso Cofre, el caso Qali Warma (que termina el año con un misterioso asesinato simulado) o la red de prostitutas del Congreso. No son ni remotamente Lava Jato ni en monto ni en impacto político. Tal vez sean una muestra de la poquedad de estos nuevos corruptos. Pero ahí están, sumándose a otras noticias pésimas para el país. Si me dan a escoger dos: el aumento de la pobreza y de la inseguridad alimentaria, así como la escalada violenta del sicariato y la extorsión. No recuerdo ningún año en el que hemos hablado tanto de economías criminales como este, en particular de minería ilegal y sus conexiones en el poder que le permiten, otra vez, prorrogar el Reinfo.

La suma de estas desgracias no tendrá fin la noche del 31 de diciembre. Lo único que se acaba es el calendario, pero se repone por uno nuevo cuyos meses, en el 2025, van a arrastrar las desgracias sembradas en el 2024. Con un hecho relevante adicional. Viene un año preelectoral en el que se ha destruido buena parte de las normas electorales que garantizaban libertad, justicia y transparencia. El fraudismo regresa con esteroides y lo van a impulsar los partidos perdedores del 2021. Lo grave es que con 40 partidos es posible que ninguno pase del 5%. Un escenario peor es que lo haga solo un partido o dos. El Congreso necesita un gramo de sensatez. Si no restituyen las PASO, las consecuencias pueden ser catastróficas.

Me disculparán el pesimismo, pero con una presidenta y un Congreso con 5% de aprobación, creo que el sentimiento es extendido. Visto lo ya acontecido, no puedo esperar nada mejor el 2025, pero como la vida siempre nos compensa, les deseo que en lo personal tengan un magnífico año que viene. Si es inverso a la política, lo van a disfrutar mucho. Alegría y paz para todos mis lectores.

Rosa María Palacios

Contracandela

Nació en Lima el 29 de Agosto de 1963. Obtuvo su título de Abogada en laPUCP. Es Master en Jurisprudencia Comparada por laUniversidad de Texasen Austin. También ha seguido cursos en la Facultad de Humanidades, Lengua y Literatura de laPUCP. Einsenhower Fellowship y Premio Jerusalem en el 2001. Trabajó como abogada de 1990 a 1999 realizando su especialización en políticas públicas y reforma del Estado siendo consultora delBIDy delGrupo Apoyoentre otros encargos. Desde 1999 se dedica al periodismo. Ha trabajado enradio, canales de cable, ytelevisiónde señal abierta en diversos programas de corte político. Ha sido columnista semanal en varios diarios.