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Cusco, reflexiones posacuerdo, por Mirko Lauer

"Las víctimas de inicios del 2022 ahora están sirviendo para que el Estado central se sienta corto a la hora de imponer el orden en aquellas regiones que fueron escenarios de matanza".

Conocedores del ambiente turístico cusqueño hacen notar que varios de los agitadores prominentes en torno a Machu Picchu son los mismos que salieron a las calles a defender el golpe de Pedro Castillo. Que los descontentos insistan es entendible, pero que el gobernador atente contra el bienestar de la región es sorprendente, ¿o no tanto?

¿A quién está defendiendo el gobernador Werner Salcedo? Evidentemente a quienes han venido manejando el negocio de los boletos para Machu Picchu. No es la multitud que aparece movilizada en la TV, sino una minoría de empresarios privados la que habla de no privatizar Machu Picchu. Los demás participantes ya han estado en pantalla antes.

Las víctimas de inicios del 2022 ahora están sirviendo para que el Estado central se sienta corto a la hora de imponer el orden en aquellas regiones que fueron escenarios de matanza. Ha tomado días en los horarios estelares para que el Gobierno declare que enviará un contingente policial para imponer el orden en Cusco.

Algunos de los operadores más curtidos ya deben estar planchando sus huaracas, pues la violencia desatada conviene a muchos intereses locales, no solo a los vendedores de boletos por cuenta propia (sector privado, cómo no). Otros alistan la famosa mesa de diálogo, que puede ser el escenario de la derrota de Dina Boluarte y sus ministros.

Las versiones que circulan de un traslado del manejo de Machu Picchu como recurso a manos del Gobierno regional y la PCM suenan muy truchas. Con mínimas excepciones, y Cusco no es una de ellas, los Gobiernos regionales no son buenos administradores, y más bien son proclives a asociarse con la corrupción o incluso practicarla directamente.

Por el camino que vamos, el infeliz aeropuerto de Chincheros ya no lo administrará la Corpac, sino directamente Salcedo y su gente. Mientras tanto cabe hacer un análisis del sentido y las proyecciones de la movida antiturística en el Cusco. Ya existía la venta automática de boletos. Lo que no había era la fiscalización automática al negocio.

En cuanto a quienes marchan por las calles sin beneficio personal ni de la comunidad, y más bien un daño económico generalizado, solo cabe contemplarlos con una sonrisa. ¿Qué hacía en esas calles la turista política Verónika Mendoza, nostálgica de sí misma y perejil de todo caldo ultra?

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).