Tráigame otro ministro del Interior, por Mirko Lauer

"En Interior el poder grande es la Policía, una institución con mediana capacidad de acción, pero sí con verdadera capacidad de presión".

Es inevitable que este último cambio en el Ministerio del Interior evoque la ruleta de Pedro Castillo en sus propios gabinetes. Lo de Dina Boluarte hasta ahora ha sido mucho más moderado, pero igual media docena de titulares en Interior parece un exceso, que tiñe a todo el Ejecutivo. Sobre todo porque sabemos que no será el último. ¿Qué causa los cambios?

Hay de todo. Los/las que demuestran ser ineficaces para manejar una cartera. Los que cometen una metida de pata irrecuperable. Los que son víctimas de alguien mejor ubicado en el círculo del poder. Los que en vez de resolverle problemas a la presidenta se los crean. Los que chocan con algún poder realmente grande.

En Interior el poder grande es la Policía, una institución con mediana capacidad de acción, pero sí con verdadera capacidad de presión. Nótese que los cambios en los altos mandos de la PNP bajo Boluarte no son pocos. Así, la inseguridad presiona sobre la Policía, y esta presiona al ministro por los siempre escasos recursos.

En esta ocasión la salida de Walter Ortiz ha sido consecuencia de una seguidilla de hechos lamentables en torno a Boluarte: relojes, allanamientos, detención del hermano, oficiales levantiscos, y otras cosas parecidas. No parecen problemas que se podían haber resuelto desde la oficinas de Córpac, sino desde Palacio mismo.

El nuevo ministro llega para ese mismo tipo de encargos, que son esencialmente distintos de las tareas de la seguridad pública. La dualidad contribuye a explicar la alta rotación en esta cartera. Además de que hay muchos uniformados con acceso directo a la presidenta, y también civiles que son profesionales del reemplazo.

Luego están las presiones externas, como el Congreso, los medios, la opinión pública de las redes, y la más interna de las presiones: la búsqueda permanente de un ministro mejor que el ya nombrado. A lo cual debe añadirse la idea de que un cambio ministerial tiende a ser visto como una renovación, sobre todo cuando los reemplazados son varios de un golpe.

El problema de estos frecuentes reemplazos en Interior es que, así fueran excelentes funcionarios, los breves plazos y las inseguridades no permiten hacer un buen trabajo. Pero a la vez un ministro deficiente en Interior tiene posibilidades de ser peor que uno transitorio.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).