Menor inclusión financiera a la vista, por Kurt Burneo

“Esta política monetaria contractiva al encarecer el crédito, afectó adversamente el gasto de consumo, la inversión, la actividad económica y los flujos de ingresos también, y con ello, la dinámica de la IF”.

Un tema de interés nacional en cuanto a la mejora de condiciones económicas, sobre todo para los más pobres, es la inclusión financiera (IF). Según el BM (2022) la IF es “el acceso de individuos y empresas a diversos productos y servicios financieros útiles y asequibles, que atienden sus necesidades y se prestan de manera responsable y sostenible”. ¿El contexto actual promueve progresos en la IF? A continuación, una breve explicación de lo que viene ocurriendo.

La IF tiene como inicio, el que se pueda acceder a una cuenta en el sistema financiero y a continuación hacer uso de los servicios diseñados para cubrir las necesidades de la gente. Al tener una cuenta es más probable que las personas usen otras prestaciones financieras, como crédito, seguros, ampliar sus oportunidades de consumo, invertir en negocios, educación o salud, administrar riesgos y superar situaciones adversas, lo cual puede mejorar su calidad de vida (BM, 2022). Pero el acceso a una cuenta no es tan sencillo como parece; hay factores limitantes como los altos costos de los servicios financieros, falta de dinero, distancia física a las instituciones financieras y la desconfianza.

A esto se agrega una tasa inflacionaria anualizada en agosto de 5.58% bastante más alta que el límite del 3% establecido por el Banco Central de Reserva, y del 3.81% sin considerar alimentos y energía (revelando este dato, un mayor encarecimiento de estos fundamentales rubros en la canasta básica), lo que implicó para enfrentar la inflación, el que hasta hace algunos meses se estuviera subiendo sostenidamente la tasa de interés de referencia, hoy en 7.75%. Esta política monetaria contractiva, al encarecer el crédito, afectó adversamente el gasto de consumo, la inversión, la actividad económica y los flujos de ingresos, también, y con ello, la dinámica de la IF

En adición, factores exógenos a la política económica, complican la dinámica, como el establecimiento de topes a los costos del crédito, Ley 31143, “Ley que protege de la usura a los consumidores de los servicios financieros”. El resultado, es que, para no infringir la ley, los bancos dejan de prestar a las pymes más riesgosas arrojándolas al crédito informal, créditos ‘gota a gota’ incluidos.   

Formalidad que informatiza. Otro factor adverso a la expansión de la IF, es que la ralentización de la actividad económica –y de los ingresos– estaría conllevando a la suspensión de pagos de obligaciones de los contribuyentes, por ejemplo, en el caso del impuesto predial y arbitrios, se genera una práctica cada vez más extendida como la de bloqueo de fondos en las cuentas del sistema financiero, por parte de las municipalidades en el marco de la Ley 26979, “Ley de procedimiento de ejecución coactiva”, reduciéndose en consecuencia la frecuencia del uso de las cuentas en el sistema involucionándose al empleo del cash en las transacciones, reduciéndose la expansión de la IF.

De lo observado, es claro que recuperar el paso en la expansión de la IF, no es para nada automático. Un primer asunto por resolver, es la indispensable aceleración de la actividad económica para dinamizar los flujos de ingresos siendo esta, condición necesaria, aunque no suficiente para impulsar la IF. Por otro lado, el Poder Ejecutivo, en conjunción con el Legislativo deben sumar esfuerzos, para modificar la normatividad que va probadamente en contrasentido a un entorno más amigable a la expansión de la IF.

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Kurt Burneo

Exministro de Economía. Doctor en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Ramón Llull-Esade, España, Magíster en Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, exbecario Escola de Posgraduacao Economía de la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Economista de la UNMSM, Perú. Investigador Concytec-Renacyt.