Ordenan reponer a Zoraida Ávalos en el Ministerio Público

Una mirada al paso

“En el Perú cada uno hablará del informe de los visitantes según como le vaya en él. Es imposible que ellos puedan satisfacer a todo el país”.

¿Qué se puede aprender en unos pocos días de visita a un país extranjero? No mucho. Los ministros OEA están recibiendo versiones de parte desde diversos espacios institucionales, con posiciones contrapuestas. Descubrirán así que aquí existen varios puntos de vista diferentes. Lo cual en sí mismo es bueno, incluso indispensable.

¿Van a ver más que eso? El viaje a Lima fue promovido por operadores del propio Pedro Castillo en Washington, bajo la idea que la democracia peruana está en peligro. Pero la OEA no puede hablar solo con Castillo, y por tanto está sometida a una dieta de mutuos reproches y acusaciones. ¿Qué puede salir de allí?

En el Perú cada uno hablará del informe de los visitantes según como le vaya en él. Es imposible que ellos puedan satisfacer a todo el país. De modo que aun si son imparciales en su texto (algo poco probable) ya se pueden ir preparando para recibir una andanada de críticas desde diversos puntos cardinales.

Pero esos ministros OEA no tienen manera de ser imparciales. Todos son figuras de un Poder Ejecutivo, y suelen ver las cosas desde ese punto de vista. Además, al ser extranjeros, muchos argumentos de peso en el debate local pueden parecerles sutilezas. Lo cual es una invitación a pasar por alto la dimensión conflictiva de las cosas.

De modo que va a ser difícil que algún sector político salga con el papel de la OEA en la mano a decir que ese organismo le ha dado la razón. Veremos más bien una feria de analistas con interpretaciones contrapuestas, es decir la repetición sintetizada de un año y medio de discrepancias radicales en numerosos terrenos.

Lo único que podría despertar cierta curiosidad a estas alturas es si los visitantes van a hacer propuestas, y cuáles podrían ser estas. Es casi imposible que quieran entrar a temas prácticos, y muy probable que todo termine en un llamado a que todos seamos buenos y nos portemos bien, que nada nos cuesta.

Menos mal que la espera de la opinión solicitada por Palacio no va a ser larga. Castillo gana un breve periodo de distracción nacional a medias. En realidad con el campeonato de fútbol hubiera bastado para arrancharles los reflectores a congresistas y fiscales.

La República

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