Universitario perdió 1-0 ante Botafogo en el Monumental

El reproche

“Vladimir Cerrón reprocha a Pedro Castillo haber cesado al ministro de Salud Jorge López demasiado rápido, y sin consideraciones. No es el primer titular cerronista que ha tenido que ser despachado a paso de polka”.

Vladimir Cerrón reprocha a Pedro Castillo haber cesado al ministro de Salud Jorge López demasiado rápido, y sin consideraciones. No es el primer titular cerronista que ha tenido que ser despachado a paso de polka. En realidad Cerrón no ha sido mejor que Castillo en lo de escoger ministros. Allí tenemos al arracimado Hernán Condori como prueba.

Le ha tomado tiempo, pero Castillo ya parece tener más claro qué quiere y qué no en su gabinete. Se ha instalado un sector relativamente duradero de ministros-voceros, capitaneado por Aníbal Torres. Los demás son presencias precarias, personas libradas a la suerte de su capacidad administrativa.

Es poco probable que volvamos a ver una de esas razzias capaces de barrer con un tercio de gabinete, o incluso con el gabinete entero. En el proceso, Castillo ha llevado el método de prueba-error a alturas desconocidas para la ciencia política. Por lo pronto él mismo se voló a más ministros que la oposición parlamentaria.

En el mismo sentido reproche que comentamos, Cerrón le saca en cara a Castillo no haber sido tan expeditivo con los funcionarios cercanos a Palacio, como Bruno Pacheco o Juan Silva (prófugos), Hugo Chávez o Geiner Alvarado (tardíamente defenestrados). Es un reproche que se parece mucho a una acusación.

¿Por qué salió volando López? ¿Por qué no tuvo el beneficio de una “duda razonable” que le hubiera dado un mayor margen de maniobra? ¿Fue por la proximidad del aterrizaje de la Misión OEA en Lima? ¿Por la necesidad de quedar bien con el sistema judicial cada vez más veloz? ¿O fue para librarse del último ministro cerronista?

Otro aspecto interesante del tema es que el reproche de Cerrón quizás lo acerca a la posibilidad de prestar sus votos para la vacancia. No es una idea insólita, pues en más de una ocasión el líder de Perú Libre ha jugado con la posibilidad. Si PL llamó a Castillo traidor en otros momentos, qué le puede estar diciendo ahora.

Pero indignado y todo, Cerrón no se anima a plantearse una confrontación en serio. Quizás porque aún hay cosas que sacarle a esta presidencia, o porque el manual dice que Castillo, al que últimamente acusa de proyanqui, no es el enemigo principal.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.