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Nadie nace feminista ni antirracista

“La consciencia antirracista, de género, clase y diversidad sexual no es inherente a todas y todos; sino que se aprende y construye día a día”.

Existe una idea muy asentada sobre cómo las personas que se reconocen como feministas y/o antipatriarcales opinan, articulan y se posicionan de acuerdo a la premisa de que las mujeres, solo por su condición, son buenas, defendibles, seres de luz incapaces de equivocarse o hacerle el juego al propio sistema que las oprime. Lo siento, pero no.

En el Parlamento peruano, por ejemplo, hay mujeres que, lejos de demostrar su compromiso con los derechos de otras, no solo atentan contra ellas en sus posicionamientos, leyes y votaciones, sino que encarnan lo más rancio del machismo y el clasismo.

Hace cinco años, la entonces presidenta de la Comisión de la Mujer y Familia del Congreso, Maritza García, señaló que la causa de los feminicidios eran los dichos y acciones de ciertas mujeres que perturbaban a los hombres. A inicios de agosto, Patricia Chirinos justificó llamando ‘’errores’' las declaraciones de Wilmar Elera sobre cómo las mujeres son quienes se exponen a las violaciones sexuales si trabajan en espacios llenos de hombres; hace solo un mes, María del Carmen Alva agredió físicamente a Isabel Cortez en una más de sus conductas clasistas y hace dos días esta última, congresista de Juntos por el Perú, minimizó la denuncia por agresión física y sexual contra Gonzalo Alegría, candidato a la alcaldía de Lima por su partido.

Sucede lo mismo con otras formas de discriminación estructural. De hecho, existen personas gays, lesbianas y trans que replican discursos homofóbicos y transfóbicos disfrazados de chistes que estigmatizan a la comunidad LGTBIQ+; y hasta personas racializadas que en programas cómicos, por ejemplo, hacen blackface. Hay, incluso, cantantes que cuestionan y niegan el racismo. Uno de los últimos casos fue el de Bartola, quien afirmó no sentirste afroperuana porque ‘’aquí el negro peruano se flagela mucho porque se siente segregado, arrinconado (…)’’.

Cuando ocurren este tipo de hechos y mujeres y diversidades feministas comparten sus críticas, muchos les reclaman: ‘’pero, si es mujer, ¿por qué la cuestionas?’’ o, como pasó a partir de las declaraciones de Bartola, se increpa a activistas antirracistas por condenar afirmaciones como las de la cantante. Reducen una lucha de siglos a la experiencia de una sola persona racializada que no reconoce las raíces de una problemática social que afecta a millones de peruanos y peruanas como ella.

Señalar a quienes representan el atraso frente a los esfuerzos contra el machismo, la homofobia y el racismo no es contradecir las creencias ni a los sujetos políticos de los diferentes activismos, sino sentar posición respecto a una idea básica: la consciencia antirracista, de género, clase y diversidad sexual no es inherente a todas y todos; sino que se aprende y construye día a día.

Lucia Solis Reymer

Casa de Brujas

Periodista y editora de género en Grupo La República. Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y máster en Estudios de Género por la Universidad Complutense de Madrid.