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Envalentonados

“Pero esta agresión no es un hecho aislado. Algunos quieren dar a creer que fue un hecho “espontáneo” de un grupo de ciudadanos sublevados...”.

Avelino Guillén, ex fiscal supremo que investigó las matanzas de Cantuta y Barrios Altos, proceso que culminó con una sentencia histórica que llevó al exdictador Alberto Fujimori a la cárcel por 25 años, fue agredido esta semana. En un establecimiento público, cuando realizaba compras, un grupo de personas empezó a “terruquearlo” a todo pulmón. El nivel de violencia verbal era tal que parecía que el siguiente paso era la agresión física.

Esta agresión merece rechazo público y el doctor Guillén nuestra solidaridad. Su rigurosa investigación del modus operandi del grupo Colina permitió establecer responsabilidades en los ejecutores del crimen, pero también en quienes tuvieron autoría mediata. Esto último es algo que el núcleo duro del fujimorismo jamás le perdonará y por lo que él y su familia recibieron amenazas. El discurso de cuerdas separadas, por un lado el presidente heroico de la recuperación económica y por otro lado malos elementos violando derechos humanos, se caía. Fujimori era responsable.

Pero esta agresión no es un hecho aislado. Algunos quieren dar a creer que fue un hecho “espontáneo” de un grupo de ciudadanos sublevados por el triunfo de Castillo que culpan a quienes pusieron y ponen en evidencia al fujimorismo. Pero no es un grupo espontáneo, lo que pudimos ver en cámaras es un modus operandi de miembros de una organización política que, envalentonados por la alta polarización, salen a agredir impunemente, lo hacen de manera planificada y coordinada.

¿Cómo no van a estar envalentonados si no hay investigación en curso? El periodista Jaime Chincha, sobre quien recaen varias amenazas del grupo La Resistencia, entrevistó al jefe de la Dircote, quien manifestó que no están realizando ninguna investigación a este grupo pese a que hay eventos planificados de violencia pública, reconocen que varios de sus miembros portan armas de fuego, y hacen uso de redes sociales para alentar al acoso y la agresión contra quienes ellos —del mismo modo en que lo hacía Sendero Luminoso— llaman “caviares”.

El general Arriola, pese a reconocer que los hechos merecerían una investigación, señaló que administrativamente su unidad solo puede investigar a Sendero o al MRTA. Es decir, grupos fundados en el pasado. Pero no a nuevas organizaciones que tienen la violencia como eje de su acción política.

En el mundo entero vemos prácticas terroristas, que no son otra cosa que la planificación de acciones violentas que tienen como objetivo amedrentar, aterrorizar, ejecutadas por grupos muy diversos ideológicamente, de extrema izquierda, de extrema derecha o fundamentalismos religiosos. No es un efecto de una línea política, es un efecto del dogmatismo sea del color que sea.

La sensación de impunidad es escalofriante y no puede seguir. El Estado de derecho debe reaccionar, investigar y sancionar antes que sea demasiado tarde.