La patente es para todos
60 países se suman a la iniciativa que busca liberar las patentes de las vacunas contra el COVID.
Joe Biden tomó el guante y apoyó públicamente los esfuerzos de India, Sudáfrica y otros países que proponían ante la OMC suspender temporalmente la protección de la propiedad intelectual de las vacunas contra el coronavirus. Ya son 60 los países que se han sumado a esa iniciativa, aunque se requiere unanimidad para ser aprobada. En la OMC existe un reglamento en el que se prevé el levantamiento de la protección de la propiedad intelectual en situaciones extraordinarias. La pandemia debería calificar para lograr la autorización, destinada a favorecer a países en desarrollo.
Alemania se opone y asegura la protección a la propiedad intelectual como fuente de innovación. Rusia apoya la idea de liberar la patente y ya hace transferencia de tecnologías para producir vacunas en algunos países, Argentina entre ellos. La Unión Europea, renuente en un principio, aseguró estar lista para discutir la liberación de patentes de vacunas, pero advirtió que ese no es el problema principal, sino la capacidad de producción y los altos estándares requeridos.
La decisión de Biden ha tenido sus bemoles en la administración norteamericana que ha salido prontamente a defender la propiedad intelectual, como uno de sus principios, y a señalar que es preferible producir más vacunas que liberar las patentes. Las farmacéuticas globales han protestado por la decisión de Biden indicando que no salvará vidas. Por el contrario, los defensores de la salud pública han señalado que las farmacéuticas en esta pandemia no han actuado en beneficio del interés público. Para tener una idea de lo que está en juego, solo Pfizer anunció ganancias en el primer trimestre por 3.500 millones de dólares, e informa que para el resto del año la cifra ascenderá a 28.000 millones.
La liberación temporal tampoco es el fin del mundo. El cofundador de Moderna, Noubar Afeyan, aseguró que mantienen la política de no hacer cumplir sus derechos de propiedad intelectual de una innovación tecnológica en la vacuna que les pertenece: el ARN mensajero.
Estamos seguros de que para los países en desarrollo, como el Perú, la liberación de patentes podrá permitirnos acceder velozmente a vacunas de calidad. Al multiplicarse la producción tendremos suministro rápido y eficiente. La inmunidad de rebaño global para acabar con la pandemia solo se va a lograr con el concurso de todos: empresas, países y personas.
