¿Cuánto puedo retirar de mi CTS?

El eje del mal

Puertas giratorias, invasión trasnochada y baja calidad del gabinete golpista.

Se ha consumado la primera mentira de Manuel Merino. Les ofreció a los peruanos un gabinete de ancha base con personalidades competentes y ha nombrado un equipo de Gobierno trasnochado, sectario y conservador; un grupo enemigo del consenso, la mayoría de ellos odiadores profesionales y buscadores de puestos públicos.

Seis de los nuevos ministros provienen del grupo extremista Coordinadora Democrática, incluido su vicepresidente Ántero Flores-Aráoz, ahora presidente del Consejo de Ministros y que arrastra al cargo un severo conflicto de intereses respecto a su defensa de las universidades no licenciadas, además de un comportamiento provocador y claramente machista y racista.

El Gobierno es ahora un edificio de puertas giratorias. Entre los ministros se encuentran representantes directos, es decir, ejecutivos de grandes grupos económicos con reclamaciones pendientes en el Estado o estudios de abogados que tramitan causas administrativas o judiciales contra el Estado.

El mensaje de que la vacancia de Vizcarra se debe a la transparencia pública se muestra falso al saberse que el ministro del Interior es investigado por su relación con un cabecilla de “Los Cuellos Blancos”; que la ministra de la Mujer está investigada en el caso del aeropuerto de Chinchero y que el ministro de Economía tiene seis investigaciones pendientes por manejos públicos.

La designación en Salud es de una completa improvisación; el titular de esa cartera fue hasta pocas horas antes precandidato presidencial del Apra; y en Educación se ha designado a un sujeto díscolo que a poco de asumir el cargo ha atacado a la oposición llamándola terrorista. La educación peruana está en grave riesgo. Sobre Trabajo queda poco por decir, la sinuosa trayectoria de su ministro habla sin palabras del enorme daño que se le acaba de infringir a este sector.

Es probable que Merino no haya podido presentar un gabinete decente y competente y que el grupo que ha tomado el poder solo puede producir un equipo mediocre. La designación agrava la precariedad de los golpistas que, más allá del alevoso acto de violación de la Constitución, se han topado de bruces con la negativa de personas honorables y eficientes que en otras circunstancias habrían prestado su servicio al país.