Espionaje. Periodista retornaría al perú para rehacer su vida, según su abogado. Mientras los presidentes Obama y Medvédev comían hamburguesas en Washington, la captura de agentes estaba en plena marcha. Ángel Páez. Esta vez no fue en el “puente de los espías” de Glienicke, el famoso escenario del intercambio de agentes norteamericanos y rusos durante la Guerra Fría. Fue en el aeropuerto de Viena, Austria, donde los gobiernos de Estados Unidos y de la Federación Rusa canjearon a 10 agentes rusos detenidos en Nueva York –entre quienes se encontraban Vicky Peláez Ocampo y su marido Mijaíl Anatonoljevich Vasenkov– por un científico y tres ex oficiales de inteligencia rusos condenados por vender información secreta a Occidente. El operativo se registró casi veinticinco años después del último intercambio de espías en Glienicke, Alemania, que se produjo el 11 de febrero de 1986. La elección de Viena no es una casualidad, porque también es conocida como “La Ciudad de los Espías”. Como en los viejos tiempos, los jefes de los servicios secretos dirigieron la operación. “The Washington Post”, de la capital estadounidense, y “The Guardian”, de Londres, confirmaron que el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Leon Panetta, y el titular del Servicio de Inteligencia en el Exterior (SVR), Mijaíl Fradkov, coordinaron el histórico canje de espías. Fuentes en la Casa Blanca del “The New York Times” indicaron que el presidente Barack Obama estaba perfectamente enterado del plan del Buró Federal de Investigación (FBI) para desmontar la red de espías, incluso antes de las capturas de las sospechosos. Y que también siguió al detalle el proceso de negociación para el canje. TOMA QUE TE DOY Lo que quiere decir que cuando Obama se reunió con el presidente ruso Dmitri Medvédev, el pasado 24 de junio, en Washington, ya conocía del plan que se ejecutaría exitosamente tres días después. Carlos Moreno, uno de los abogados de Vicky Peláez –el mismo que había dicho que la confesión de “Juan Lázaro” era falsa y no afectaba a su cliente–, ahora afirma que la periodista planea regresar al Perú o eventualmente trasladarse a Brasil. Respecto a su hijo Juan José Lázaro, de 17 años, se quedaría en Nueva York bajo el cuidado de su hermano mayor, Waldo Mariscal Peláez, de 38 años. En todo caso, el canciller José García Belaunde dijo que el Perú no se pronunciaría sobre el caso de Peláez porque pertenecía al ámbito de las relaciones ruso-estadounidenses. Y respecto al eventual retorno de Vicky Peláez a Lima, la fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, adelantó que la reportera no puede ser investigada por los hechos que le imputaron las autoridades norteamericanas. Entre tanto, compañeros de trabajo de Peláez del periódico El Diario La Prensa expresaron su honda decepción por la confirmación de que la reportera de origen peruano, que se dedicaba a escribir columnas de opinión con ideas de la izquierda radical, era una agente encubierta a sueldo de Moscú. “Resulta que era una persona que escribía con la izquierda, pero que recibía rublos con la derecha”, dijo a Radioprogramas su colega de labores Carlos Bernales. Peláez era conocida por sus columnas a favor de gobiernos izquierdistas y movimientos insurgentes, y por su cuestionamiento al gobierno de los Estados Unidos. Su propio abogado, Carlos Moreno, le dijo a la BBC: “Peláez tiene una trayectoria de trabajo periodístico de más de 20 años, pero hoy (ayer), todo terminó para ella. Tendrá que empezar de cero”. Claves Canjeados. Los rusos liberados en Washington son los ex agentes Guennadi Vasilenko, Alexander Zaporozhski, Serguéi Skripal y el científico Igor Sutyagin. La calle. Según una encuesta del Instituto Levada Center, ubicado en Moscú, el 53% dijo que la cacería de espías “es un invento de los servicios secretos de EEUU” para dañar las relaciones entre rusos y norteamericanos.