Supertifón Man-yi derriba árboles y tendido eléctrico en Filipinas
Más de 650,000 personas evacuaron sus hogares ante el riesgo de desastre. A pesar de la magnitud del tifón, no se han reportado muertes, gracias a la obediencia de las órdenes de evacuación.
El supertifón Man-yi derribó árboles y tendido eléctrico y arrancó techos al atravesar el domingo Filipinas, que ha sufrido una reciente ola de potentes fenómenos climáticos.
Man-yi avanzaba con vientos de 185 kilómetros por hora después de tocar tierra el sábado en la poco poblada isla de Catanduanes.
Más de 650.000 personas huyeron de sus hogares ante las advertencias del servicio meteorológico sobre el impacto "potencialmente catastrófico y mortal" de la tormenta.
"No se han reportado muertes, quizás porque las personas siguieron las órdenes de evacuación", dijo a AFP Robert Monterola, jefe de operaciones de desastres de Catanduanes.
Esta tormenta, la sexta en azotar Filipinas en el último mes, aún amenaza a millones de habitantes. Al menos 163 personas murieron en las anteriores, que dejaron a miles sin hogar, destruyeron cosechas y diezmaron ganados.
Se prevé que Man-yi "se debilite ligeramente" antes de azotar la isla principal de Luzon, la más poblada del país, la tarde del domingo, según las previsiones.
Para el lunes deberá atravesar el norte de la capital Manila.
El municipio de Panganiban, en el noreste de Catanduanes, fue golpeado directamente por Man-yi, que los filipinos llaman "Pepito".
El alcalde Cesar Robles compartió fotos en Facebook de postes de electricidad derribados, casas dañadas, árboles y láminas de techos sobre las calles.
"Pepito fue muy fuerte, nunca experimenté un tifón tan fuerte", comentó Robles en esa red social.
"Aún es un poco inseguro, todavía hay ráfagas de viento y hay muchos escombros", agregó.
En la provincia de Albáy, Myrna Perea, su marido y sus tres hijos se refugiaron en un aula con otras nueve familias tras recibir la orden de abandonar su casa de chapas metálicas.
Los cinco compartieron un colchón bajo el único ventilador que colgaba de la sala. "Aunque la casa quede destruida, lo importante es no perder a un miembro de la familia", declaró Perea, de 44 años.
Los científicos afirman que el cambio climático incrementa la intensidad de las tormentas, provoca lluvias más intensas, inundaciones repentinas y ráfagas de viento más violentas.
Cada año, una veintena de grandes tormentas y tifones azotan Filipinas o sus aguas circundantes, matando a decenas de personas, pero es raro que se produzcan varios fenómenos meteorológicos de este tipo en un lapso tan breve.