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348 km en 21 días: continúa marcha indígena en Bolivia por el respeto a su territorio y cultura

Los pueblos indígenas en marcha señalan que su identidad cultural “está siendo avasallada”, por lo que una de sus principales exigencias es la defensa de los recursos renovables y no renovables.

La marcha indígena comenzó su recorrido en la ciudad de Trinidad, Beni, el 25 de agosto. Foto: Kandire
La marcha indígena comenzó su recorrido en la ciudad de Trinidad, Beni, el 25 de agosto. Foto: Kandire

La marcha indígena de pueblos de tierras bajas de Bolivia, en la que reclaman respeto a su territorio y a su cultura, cumplió este martes 21 días en su propósito de llegar hasta Santa Cruz, la mayor ciudad del país, aun cuando el Gobierno convocó una reunión paralela para atender las demandas de otro sector que es considerado “mayoría”.

La movilización que partió el pasado 25 de agosto de la ciudad de Trinidad, en el departamento de Beni, ha recorrido 348 kilómetros de los 550 que tiene previsto avanzar para conseguir la atención del Gobierno nacional, que ha repetido varias veces que desconoce el pliego de peticiones de la protesta.

En contraposición, el presidente del país, Luis Arce, desarrolló una reunión con representantes de organizaciones indígenas en la ciudad de Trinidad, donde aseguró que realmente “está el movimiento indígena beniano”.

Demandas de la marcha en Bolivia

En declaraciones a EFE, el presidente de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CEPIB), Abdón Justiniano, recalcó que “el Gobierno sabe cuáles son las demandas” y que su contenido pleno lo darán a conocer cuando la marcha de unos 200 hombres, mujeres, ancianos y niños llegue a su destino.

Justiniano recalcó que la principal exigencia es la defensa de los territorios indígenas y los recursos “renovables y no renovables”, además de la defensa de la identidad cultural de varios pueblos indígenas de tierras bajas distintos a las mayorías aimaras o quechuas.

El dirigente identificó como el principal problema el “avasallamiento, sobreposición y creación de nuevos asentamientos ilegales en territorio indígena”, de los llamados “interculturales,” que son grupos de campesinos quechuas o aimaras.

Esos asentamientos son para “quitar territorio”, “destruir bosques”, “parcelar” las tierras en comunidades campesinas y luego “terminar vendiéndolas a terceros” para luego irse a otro sitio, ya que mucha de esa gente tienen terrenos en otras regiones, aseguró Justiniano.

También denunció que esa situación ha provocado una tensión cultural, puesto que su identidad cultural “está siendo avasallada” con el modelo educativo y costumbres que reflejan más lo andino que lo perteneciente al lugar como danzas y lenguas.

Santa Cruz, el objetivo

A diferencia de las marchas indígenas precedentes —la compuesta en 1990 que pidió “dignidad y territorio” o las de 2011 y 2012 que exigieron al Gobierno del expresidente Evo Morales se frene un proyecto carretero que debía atravesar una reserva natural—, el objetivo no es llegar hasta La Paz sino a Santa Cruz.

La razón para no ir a La Paz, sede del Ejecutivo y el Parlamento del país, es "por el centralismo" y porque Santa Cruz, considerada la región económicamente más pujante del país, representa también a las culturas y pueblos indígenas de tierras bajas, oriente y chaco del país, remarcó el dirigente.

Justamente, los dirigentes de la marcha pretenden que sea en Santa Cruz donde se revelen las demandas concretas de la movilización y sea el sitio al que "baje" el Gobierno del presidente del país, Luis Arce.

Una reunión paralela

En contraposición, Arce desarrolló esta jornada una reunión con varios representantes de los pueblos indígenas benianos, para, según dijo, atender demandas como la titulación de tierras, producción y atención en salud.

En su discurso, el presidente boliviano aseguró de que hay "intereses personales", señaló que "eso no debe haber", que "tiene que haber unidad" y que "siempre se hace caso a la mayoría", algo que se entendió como una alusión a la marcha que ya ingresó a suelo del departamento de Santa Cruz.

Arce mencionó que “la derecha es la que se ha encargado de dividir” al movimiento indígena en Beni, puesto que ahora hay hasta dos organizaciones similares cuando antes había una e instó a que “tiene que haber unidad”.

El mandatario hizo énfasis en que el encuentro ha estado orientado a escuchar a dirigentes de base y a coordinar aspectos como la vacunación contra la COVID-19 a través de brigadas médicas en comunidades indígenas.

En cambio, los dirigentes de los indígenas marchistas se han propuesto preparar invitaciones para dialogar al más alto nivel y solicitar que el presidente y vicepresidente, además de las cabezas del Senado, la Cámara de Diputados y el Poder Judicial estén en Santa Cruz.

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