Crece el escepticismo sobre seguridad de vacuna contra COVID-19 en Brasil
La mayoría de los brasileños afirmó que no aceptaría la vacuna china, continuando la línea del comentario del presidente Bolsonaro: “No voy a tomarla, es un derecho mío”.
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La desconfianza por la seguridad de la vacuna contra el nuevo coronavirus ha aumentado esta semana en Brasil. De acuerdo a una nueva encuesta realizada el último sábado 12 de diciembre, el 22 % de los brasileños no está dispuesto a recibir ningún fármaco, a diferencia del 9% registrado en agosto, reveló la agencia de noticias Reuters.
La mayoría de los encuestados por la empresa Datafolha aseguró que no aceptaría la vacuna desarrollada en China, siguiendo la tendencia de las declaraciones emitidas por el mandatario Jair Bolsonaro.
A fines de noviembre, el jefe de Estado indicó que no tiene intenciones de aplicarse ninguna vacuna contra la COVID-19, alegando que todavía nadie conoce bien el virus o sus posibles efectos colaterales. “No voy a tomarla, es un derecho mío”, sostuvo el ultraderechista.
Además, señaló que el Parlamento no va a crear dificultades para las personas que no quieran inocularse, pese a que el gigante sudamericano es uno de los más dañados por la pandemia y ya ha superado los 181.000 fallecidos y más de 6 880 000 contagiados.
Por otra parte, el 73% de los entrevistados no mostró objeción y precisó que planea vacunarse cuando sea posible, mientras que el 5% aún no sabe si lo hará. Los números difieren con los porcentajes de agosto, cuyos resultados eran del 89% y el 3%, respectivamente.
Si bien a la nación carioca llegó el primer lote de la vacuna china CoronaVac, que se encuentra en ensayos junto a otras cuatro, Bolsonaro se ha mostrado evasivo a su aplicación en el territorio.
Ante esta situación —que la prensa ha llamado “la guerra de las vacunas”—, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, declaró que la inmunización empezará en su estado en enero de 2020.
Según Datafolha, solo el 47% de los participantes del sondeo aceptaría una vacuna hecha en el país asiático, mientras que el 50% aclaró que no la tomaría y el 3% todavía estaba dudoso.
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