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Estaban a punto de divorciarse y él le disparó frente a sus compañeros de trabajo

El asesino irrumpió en el edificio donde trabajaba su todavía esposa, y la asesinó de un disparo en la cabeza. Fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

El asesino cumple cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por 51 años. (Captura: The Mirror)
El asesino cumple cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por 51 años. (Captura: The Mirror)

Un hombre de 64 años, identificado como Harry Clint Weaver, asesinó a su esposa de 52, cuando ella estaba dentro de su centro de trabajo en una odontolgía de Tennessee, Estados Unidos. La pareja estaba en proceso de divorcio, y el feminicida no estaba de acuerdo con algunos detalles.

Kelly Weaver ya había experimentado incidentes de violencia doméstica, por lo que en julio del 2018 decidió imponer la demanda de divorcio, además de una orden de restricción contra Harry, quien le enviaba mensajes amenazantes a su teléfono.

La mañana del 13 de febrero del 2019, Kelly había ido a trabajar como de costumbre sin imaginar que su aun esposo estaba planeando algo terrible. Harry había realizado tareas de mantenimiento en el edificio donde ella trabajaba, por lo que podría entrar sin que nadie se lo note.

Cuando logró entrar, sacó un arma y grito: ¡Kelly, te dije que te iba a atrapar!”, empujándola al suelo. Todo el edificio entró en caos al ver como el sujeto maltrataba a la mujer mientras intentaba llevarla hasta la parte trasera del lugar.

“¡Por favor, no dejen que me lleve!”, gritaba la mujer hacia todo el personal que observaba sin saber qué hacer, mientras ella estaba aterrorizada de lo que podía hacer Harry con el arma en sus manos.

Una trabajadora de la odontología corrió e intentó retener a la mujer para que el agresor no se la lleve. En ese momento empezó un forcejeo entre ambos, y Harry soltó un disparo contra su esposa, quien falleció inmediatamente, según señala The Mirror.

Luego, volvió a levantar su arma para intentar dispararle a la mujer que había intentado salvar a Kelly, pero ella logró esquivar la bala, mientras todo el personal corría para esconderse.

En la escena había otro hombre del que Harry no se había percatado. Este sujeto tenía licencia para portar arma y decidió disparar al agresor, dejándolo inmovilizado hasta que la policía llegara para que lo arresten.

Aún en el piso, Harry comenzó a gritar “¡Ella está muerta!”, mientras se burlaba por la acción de sus compañeros al querer detenerlo. Cuando llegó la policía, el agresor señaló su frente y dijo: “dispárame aquí”.

Mientras era llevado al hospital, seguía burlándose también de la policía. Pasó dos semanas internado, y luego fue transferido a prisión con una fianza de 250,000 dólares, pero esta aumentó a 1 millón de dólares, luego de las declaraciones que dieron los compañeros de trabajo de Kelly.

En octubre, Harry se declaró culpable de asesinato, tres cargos de asalto agravado, peligro imprudente y asalto doméstico agravado. Fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a ser elegible para libertad condicional por 51 años.

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