¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?
¿Cuál es el PRECIO DEL DÓLAR HOY?
Mundo

La caída de Evo Morales

La ambición de perpetuarse en la presidencia lo demolió.

gg
gg

Siendo aún incierta la perspectiva boliviana tras la caída de Evo Morales por la presión social y política por el fraude electoral que protagonizó, es imposible desligar este hecho de la turbulencia en varios países de la región, sin dejar de reconocer que cada caso tiene su particularidad, y lleva a preguntarse por qué el Perú tiene una mejor estabilidad relativa ahora.

Tras catorce años en la presidencia, Morales cae por su ambición de perpetuarse ahí, que es como caen las dictaduras de izquierda, derecha o centro.

El fraude electoral confirmado por una OEA que dejó su tradicional modo zombie fue el puntillazo para una presidencia que aún quiere alargar su agonía, pero que ya está herida de muerte.

Lo cual constituye una sorpresa. Así como Chile era visto como el país más estable de la región y hoy Sebastián Piñera pugna por no dejar La Moneda antes del fin regular del mandato, también se creía que era casi imposible que Evo Morales dejara Palacio Quemado.

Todo lo cual mella la perspectiva de la Latinoamérica en su conjunto, pues la región es percibida hoy como un espacio donde todo puede ocurrir, incluido lo impensable y lo peor.

Sin ser un ‘milagro boliviano’, Morales tuvo una gestión económica buena, pero los últimos años no lo fueron por la caída de los precios claves para Bolivia, algo que pesa en el ánimo popular.

Lo que ha sido obvio en esta crisis es que, pese a quien le pese, el respaldo de la fuerza armada sigue siendo factor central para la estabilidad de una presidencia. Eso explica por qué cayó Morales; aún siguen Piñera, Daniel Ortega y el régimen cubano; y fue viable la disolución constitucional del congreso decidida por Martín Vizcarra. Un mensaje obvio sobre lo que requiere Juan Guaidó para sacar a Nicolás Maduro.

¿Es el Perú más estable que el promedio de la región? Eso podría creerse, olvidando que aquí ya cayó un presidente hace menos de dos años, se suicidó otro, se hizo un referéndum, se disolvió el congreso; y que habrá elecciones parlamentarias en pocos meses.

Finalmente, es penosa la invicta vocación por el error de la izquierda peruana, como la de Verónika Mendoza, que defiende a Morales, Maduro y Ortega, o hasta a Cerrón, solo porque dicen ser de izquierda, aunque su comportamiento sea lo más contrario a los principios de lo que la izquierda debiera ser.

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.