Iniciativa. Candidata de la ultraderecha aparece en fábrica que visitaba Macron y se reúne con huelguistas, relegando a su oponente. Campaña para el próximo 7 de mayo será intensa.,El paseo que Emmanuel Macron podía esperar hacia el Palacio del Elíseo comenzó de la peor de las formas posibles para él: con una hábil maniobra política de su rival, Marine Le Pen, que lo dejó fuera de juego con una inesperada visita a una fábrica. Por sorpresa y demostrando la cintura política que siempre se le ha atribuido, Le Pen apareció junto a los trabajadores en huelga de la fábrica de Whirlpool en Amiens, mientras Macron se reunía a puerta cerrada con los sindicatos en la Cámara de Comercio. PUEDES VER: Elecciones en Francia: Hollande pide el voto para su exministro Macron El poder de la imagen fue devastador: el baño de masas de la ultraderechista, entre selfies y gritos de "¡Marine presidenta!", difundido al mismo tiempo que la reunión de un Macron cariacontecido frente a una magra representación sindical. Más tarde, forzado por la acción de la ultraderechista, acudió en persona a ver a los huelguistas, que lo recibieron entre abucheos y duras críticas. Este cruce de espadas, calificado como el comienzo real de la campaña de la segunda vuelta, marcó una jornada en la que también se conoció que el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, cuarto en la primera ronda, no hará público su voto en la segunda. El líder de La Francia Insumisa ha recibido duras críticas por no participar en el "frente republicano" para frenar el paso a Le Pen, a las que se sumó el propio Macron. La Francia Insumisa ha abierto una consulta entre sus bases para decidir si pide el sufragio en la segunda vuelta para Macron, el voto en blanco o la abstención, mientras que votar por Le Pen "no es una opción". Quien sí manifestó su apoyo a Macron fue el expresidente conservador Nicolas Sarkozy.