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J.J. Maldonado: “Hay animes que cuestionan el mundo de hoy con más éxito que una novela o película actual”.


J. J. Maldonado
J. J. Maldonado

Cada 3 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Anime, un tributo al impacto de este fenómeno japonés en el mundo y un homenaje a la fecha de nacimiento del mangaka Osamu Tezuka, llamado El Dios del Manga en su tierra y fuera de ella.

Osamu Tezuka es nada menos el creador de Astroboy, Kimba el león blanco, La princesa caballero, Hi no Tori, Black Jack… Considerado un gran mangaka por su influencia en generaciones de autores y lectores de su natal Japón y del mundo. Murió el 9 de febrero de 1989 producto de un cáncer estomacal, a la edad de 60 años.

Pero su legado marcó la cultura popular del mundo entero, creando estilos alternativos a la manera de elaborar y contar historias. Y ese aporte se suele recordarse este 3 de noviembre, en fecha especial.

En honor a Osamu Tezuka se celebra el Día Internacional del Anime. Foto: Difusión.

En honor a Osamu Tezuka se celebra el Día Internacional del Anime. Foto: Difusión.

Para saber la trascendencia del anime actual consultamos a J. J. Maldonado, autor del libro, de reciente aparición, Narrativa mesiánica: animes al rescate de la ficción (Fondo Editorial UCV, 2024).

“El anime, al igual que otras narrativas aparentemente menores, ponen en cuestión el discurso único, el discurso oficial de la ficción, eso que Sartre llamaba ´El discurso del padre´. Los discursos oficiales siempre son camufladores y falsos. El anime atenta contra eso y genera un discurso contrario con perspectivas menos trasnochadas”, reflexiona Maldonado.

Opina que todavía existe un fuerte prejuicio respecto no solo al anime, sino también de otras narrativas mucho más contemporáneas. “La mayoría son personas de generaciones pasadas y que, paradójicamente, predican la liberación de ese absurdo debate entre la 'alta' y 'baja' cultura. Su elitismo no les deja leer la realidad, ver cómo el mundo ha cambiado y comprender que existen nuevas formas de expresión”.

J.J. afirma que hay obras como One Piece, NarutoNeon Genesis Evangelion o Shingeki no Kyojin, que cuestionan el mundo de hoy “con mucho más éxito que una novela o una película contemporáneas”.

Y agrega: “El anime es ese tercer campo de enunciación del que habla Homi Bhaba y que sirve para hablar de lo que no se habla en el campo oficial: lo queer, la nueva masculinidad, la nueva paternidad, las políticas del cuerpo, etc. Animes como Jojo Bizarre Adventure, One Piece o Evangelion son subversivos porque definen mejor el siglo XXI que la novela o el cine convencional”.

Los animes conectaron con las nuevas generaciones. Su impacto aún trasciende. Foto: Difusión.

Los animes conectaron con las nuevas generaciones. Su impacto aún trasciende. Foto: Difusión.

“Podemos pensar también en el impacto político del anime. Las nuevas generaciones han perdido la fe en las figuras institucionales como los presidentes, congresistas, policías o prelados. Por eso en las marchas siempre salen con pancartas de sus animes favoritos o vestidos de cosplay. Así la figura de Luffy de One Piece o de Tanjiro de Kimetsu no Yaiba tiene más peso moral que un ser de carne y hueso”.

A su libro Narrativa mesiánica: animes al rescate de la ficción, lo define como “una carta de amor a toda mi generación, especialmente porque la gran mayoría crecimos consumiendo animes, pirateando mangas, leyendo audiovisualmente. Estoy convencido que ficciones como Dragon Ball Z, Sailor Moon o Neon Genesis Evangelion han determinado en gran medida la configuración moral y política de al menos las últimas tres generaciones humanas”.

El título del libro se explica porque considera al anime como una "narrativa mesiánica" que restaura la fe en la ficción entre las nuevas generaciones.

Esta narrativa, añade el joven ensayista, “revitaliza los grandes temas que parecían olvidados, conectando a los jóvenes con valores y preocupaciones que trascienden el mero entretenimiento”.

“El anime nos ha devuelto el espacio de discusión sobre los grandes temas que la ficción moderna –o cierto posmodernismo– había suprimido. El problema de las guerras, el fanatismo ideológico, el vicio del poder, los efectos de los genocidios, las dimensiones existencialistas, etc, son categorías que el anime usa constantemente en su ficción”, advierte.

El libro de J. J. Maldonado es uno de los más importantes aportes en el año a la cultura popular.

El libro de J. J. Maldonado es uno de los más importantes aportes en el año a la cultura popular.

J.J. Maldonado está convencido que “mangas japoneses como One Piece, Berserk, Hunter X Hunter, Jojo Bizarre Adventure o Evangelion no tienen nada que envidiar a las novelas escritas por Dickens, James Joyce o, incluso, William Faulkner. En mi ensayo demuestro que las técnicas narrativas y la exploración humana de los mangas pueden estar al mismo nivel que las grandes novelas occidentales. Hay que darles solo una oportunidad”.  

Maldonado va más allá de todo entusiasmo, en las páginas de este ensayo se encuentra toda una exploración “hacia las nuevas formas de leer en el siglo XXI y de cómo las narrativas marginales como el anime, el manga, los videojuegos, las creepypastas o los memes han colaborado con la resignificación del sistema de lectura hegemónica que no es la misma desde la aparición del internet”.

Finalmente, Maldonado refiere algunos títulos actuales, que recomienda para la lectura en este Día Internacional del Anime. “Recomiendo Rooster Fighter de Sh Sakuratani; Dandadan de Yukinobu Tatsu; Rainbow de George Abe y Masasumi Kakizaki, y, por supuesto, Centuria de Tohru Kuramori”.