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Falsos terapeutas

Internet está poblado de ‘coachs de vida’ que prometen felicidad enlatada, terapias exprés y hasta cura de la depresión en una sesión. Psicólogos denuncian que estos intrusos están ingresando a un terreno que no les corresponde y ponen en riesgo la salud mental de la población.

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“Manifiesta la vida de tus sueños”. A través de su cuenta de Facebook, una persona que se autodenomina coach de vida y terapeuta holística, especializada en técnicas de sanación no tradicional, publicita un taller presencial para este fin de semana. Por 111 soles, esta graduada en ingeniería de sistemas promete al asistente “aprender a elaborar el mapa de tus sueños a través de un enfoque mixto” que combina “coaching, programación neurolinguística y espiritualidad”. La duración es de tres horas y está dirigido a todo aquel que quiera “aprender el paso a paso para tener la vida que desea”, “encontrar la motivación para cumplir sus deseos”, “descubrir sus fortalezas y talentos”.

A simple vista parece un taller bien intencionado que pretende darle herramientas a las personas para descubrir su propósito en la vida y procurarse bienestar; e igual a este abunda en las redes sociales una gran oferta de encuentros, sesiones, terapias auspiciados por llamados “coachs de vida”, “promotores emocionales”, “terapeutas holísticos” que prometen a las personas que una mejor vida es posible y se promocionan con sloganes como “el poder está en ti”, “sé feliz en cinco pasos”, “el éxito te espera”, “obtén la vida que mereces”.

Parecen inocuos, sin embargo, el Colegio de Psicólogos del Perú (CPP) hizo un llamado para tomar con pinzas los servicios de estos guías que “pretenden usar el conocimiento psicológico con dudosos procedimientos de intervención que no cuentan con bases científicas, ni el respaldo de instituciones formativas”. El colegio alerta sobre el posible daño emocional que pueden ocasionar en los usuarios. Además, critica el intrusismo, el ejercicio de una actividad profesional por personas no autorizadas para ello.

“Hemos detectado que estos coaches están invadiendo el campo que le corresponde a psicólogos y psiquiatras. Sin haber estudiado a profundidad la mente humana y solo aprendiendo ciertas técnicas, se aventuran a hacer psicoterapia y eso es muy delicado”, dice el psicólogo Jaime Llancán, presidente del Comité Nacional de Psicoterapia del CPP que viene alertando sobre la proliferación de no profesionales de la salud mental que ofrecen “sanar la relación con mamá y papá”, “aprender a manejar las emociones” o “curar la depresión”.

Llancán muestra, por ejemplo, el post de un ‘mindfulness coach’ que señala que “la depresión está vinculada con la capacidad de amarnos y aceptarnos tal cual somos”, y ofrece enseñar “técnicas variadas para manejar, eliminar y curar esas partes que no te dejan vivir plenamente”. Nada más lejos de la verdad, pues la depresión es un trastorno mental que no responde solo a la falta de autoestima: “A veces tiene origen fisiológico por el desequilibrio de ciertos químicos en el cuerpo, incluso, se le relaciona al exceso de colesterol, a problemas de la tiroides o un mal funcionamiento de los riñones. Tiene otras causas cuyo tratamiento puede escapar a nuestro conocimiento, y entra en el área de endocrinólogos, neurólogos y psiquiatras”, señala el psicoterapeuta gestáltico Bruno Zanolo.

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Por otro lado, al psicólogo Manuel Arboccó de los Heros le preocupa que las personas con problemas de salud mental recurran a estos “promotores emocionales” y pierdan tiempo valioso que los puede poner en riesgo: “En temas de salud el tiempo es un factor a considerar, por ejemplo, si la depresión se prolonga y pasa de moderada a grave, la persona puede tener reacciones impulsivas”.

Efecto placebo

July Urrutia es psicóloga y se dedica al coaching de bienestar en el trabajo. En su definición, el coach (entrenador en inglés) es aquel que acompaña y motiva a una persona a conseguir una meta: “El psicólogo es como un oftalmólogo que estudia medicina y está autorizado para operar la vista; el coach es como un optómetra al que recurres para que te mida la vista y, literalmente, puedas ver mejor”, dice.

Si uno es procrastinador, por ejemplo, y no ha conseguido concretar eso que se propuso, un coach lo podría ayudar. Sin embargo, “¿qué pasaría si en el proceso la persona descubre que esa procrastinación no solo es un mal hábito sino la manifestación de un problema de fondo?”, se pregunta Arboccó, quien asegura que el 70% de sus pacientes, que llegaron a terapia con motivos de consulta como procrastinación, ansiedad o dolor por la separación de pareja, después de unas sesiones confiesan situaciones que pueden considerarse una comorbilidad.

Lo que dice el psicólogo es que detrás de esos problemas cotidianos podrían esconderse reales problemas de salud mental que un taller de “manifestación de sueños” de tres horas no podrá resolver. Es como si alguien tuviera covid e intentaría curarlo con inhalaciones de eucalipto que solo le servirán como placebo.

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Urrutia, que es directora de Happy Management Institute, tiene claras las limitaciones del coaching: “Cuando en los talleres la persona recuerda su pasado, hacemos un alto porque sabemos que es terreno de la psicología, los coaches trabajamos con el presente y el futuro”. Hace énfasis en que los coaches no pueden hacer psicoterapia, ni tratar la depresión, el estrés postraumático o el duelo porque no tienen las herramientas de la psicología. Tampoco le dirán al cliente qué tiene que hacer. “Estoy de acuerdo con el pronunciamiento del colegio porque hay mucha práctica y enseñanza de coaching que no está normada”, dice Urrutia, quien recomienda validar la seriedad de un coach a través de su acreditación en el International Coaching Federation (ICF), y en el Perú existe la Asociación de Coaches Ontológicos Profesionales del Perú (Acopp).

Una hipótesis sobre por qué estos coaches no profesionales ganan más terreno en el campo de la salud mental es el déficit de psicólogos pues el país necesita 300 mil y hay 100 mil. También está la creencia de que ir a la psicoterapia es solo para los dementes; y se le puede sumar la búsqueda frenética de estar bien con cualquier método: “Los psicólogos no prometemos felicidad o bienestar absoluto, la psicoterapia no te va a devolver lo que la vida jamás te brindó, solo un trabajo serio hará que la persona alcance el equilibrio y pueda enfrentarse a los desafíos de la vida”, dice Arboccó.

Periodista en el suplemento Domingo de La República. Licenciada en comunicación social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y magíster por la Universidad de Valladolid, España. Ganadora del Premio Periodismo que llega sin violencia 2019 y el Premio Nacional de Periodismo Cardenal Juan Landázuri Ricketts 2017. Escribe crónicas, perfiles y reportajes sobre violencia de género, feminismo, salud mental y tribus urbanas.