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Domingo

La industria de las pruebas COVID-19

Cerramos la semana con más de un millón de infectados con el nuevo coronavirus en el mundo. Se necesitan millares de kits de prueba para descartar infectados. Compañías de varios países destinan sus recursos para satisfacer la demanda. China y Estados Unidos son los que más producen. Hay un mercado en expansión a la vista.

Se trabajan las 24 horas, los turnos se han divido en tres, los operadores no hacen más que empacar los kits de pruebas COVID-19. Así describe la agencia de noticias AFP, a través de sus fotografías, el trabajo de hormiga que se realiza en los interiores de la empresa de biodiagnóstico de Corea del Sur, SD Biosensor.

Su maquinaria de producción, según los reportes, ha sido capaz de generar 350,000 kits por día, y los gerentes planean hacer crecer el lote a más de un millón. Exportan sus pruebas a ocho países en la actualidad -Alemania, Irán, India e Italia entre ellos-, y están en conversaciones con más de sesenta.

El mundo requiere millares de pruebas de descarte de coronavirus-2 (SARS-CoV-2), y varias compañías -principalmente las asiáticas- están volcando su energía y recursos para satisfacer la demanda como lo hace SD-Biosensor. Se trabaja a contrarreloj, urge descartar a posibles infectados. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, enfatizó que es importante reconocer a esta población para detener la pandemia. “Pruebas, pruebas y más pruebas. Es la manera más efectiva de romper la cadena de transmisión”, dijo en conferencia de prensa.

Corea del Sur es el país que mejor ha cumplido esta recomendación. Se calcula que diariamente realizó cerca de 20 mil tests de descarte, lo que permitió a sus sistema de salud reconocer a los positivos -incluso los asintomáticos- y aislarlos para evitar más contagios. Rápidamente controlaron la epidemia y su tasa de mortalidad fue más baja que en otros lugares.

Se sabe que existen dos pruebas para descartar un positivo de COVID-19: la prueba de reacción en cadena de la polimerasa - PCR y el test rápido o serológico. La primera es la más demandada en el mundo por ser la más precisa, ya que permite detectar la presencia de material genético del virus. A través de un raspado de mucosa nasal o de garganta se obtiene una muestra que es analizada en un laboratorio con la ayuda de reactivos. Al cabo de unas horas se determina a ciencia cierta si la persona está infectada o no.

Aunque arrojan los resultados en menos tiempo (algunos en 10 a 15 minutos) los test rápidos pueden ser falibles. Solo reconocen la presencia de anticuerpos en la muestra. Si la persona se contagió, su sistema inmunológico producirá defensas y esta prueba las reconocerá solo cinco días después que se produjo la infección, antes no.

Hay que recordar que antes de 2020 no existían estas pruebas. El primer protocolo de testeo se desarrolló, en enero pasado, en el Centro para el Control de Enfermedades de China, cuando la ciudad de Wuhan, donde se produjeron los primeros brotes, empezaba su cuarentena para frenar los contagios y muertes. A la fecha, muchas más compañías se han enrolado en la carrera de la producción de los tests. Es un mercado en rápida expansión. La demanda es urgente y está en aumento. Al cierre de esta edición, se habrían realizado en el mundo más de 6 millones y medio de pruebas según la Fundación para Nuevos Diagnósticos Innovadores (Find), y aún se necesitan muchísimas más.

China lidera

Un artículo de Financial Times posiciona a China como el país que concentra el mayor número de empresas especializadas en la producción de pruebas PCR y serológicas. De 202 compañías en todo el mundo que suministran kits comercializados, 92 son chinas. Y mientras los países luchan por disminuir las muertes por el virus y los daños colaterales en sus economías, un sector innovador de tecnología médica está prosperando en ese país.

“China nunca ha sido líder mundial en equipos de diagnóstico, y las empresas europeas y americanas generalmente dominaban el mercado, pero actualmente China se ha convertido en un centro vital para los suministros”, así describe el South China Morning Post (SCHMP) la posición que ha tomado el país asiático en la batalla contra el coronavirus.

En un amplio artículo da ejemplos de empresas locales desarrolladoras de pruebas de enfermedades infecciosas que han pasado de producir pequeñas cantidades de test de COVID-19 a exportar millares al resto del mundo. Nanjing Liming Bio-products, por ejemplo, tiene capacidad para fabricar 30,000 kits de prueba PCR por día, pero debido a la demanda planea comprar dos máquinas más para aumentar la producción diaria a 100,000 unidades. Figuran en su lista de espera Italia, España, Austria, Hungría, Francia, Irán, Arabia Saudita, Japón y Corea del Sur.

“Vender kits de prueba de anticuerpos en el extranjero es fácil, pero no más de cinco compañías en China pueden vender kits de prueba de PCR, porque el transporte necesita un ambiente a menos 20 grados celsius”, declaró Zhang Shuwen, fundador de Nanjing Liming para el SCHMP.

USA y las pruebas libres

Según datos de la Fundación para Nuevos Diagnósticos Innovadores (Find), un grupo sin fines de lucro con sede en Ginebra que rastrea el desarrollo de productos, Estados Unidos sería el segundo con mayor número de compañías de pruebas de coronavirus. Tendría 29 en su lista. Esto contrasta con la poca acción que hasta hace unas semanas mostraba ese país que tardó mucho en iniciar una distribución de pruebas a gran escala entre su población. La falta de reacción de sus líderes, con el presidente Donald Trump a la cabeza, precipitó que hoy se cuenten más de 100 mil contagiados.

Pero, al parecer, EE.UU. está acelerando la producción de kits de pruebas. Según Forbes, la Asociación de Tecnología Médica Avanzada (AdvaMed) dijo que al menos siete compañías de diagnóstico recibieron una “autorización de uso de emergencia” de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) en los últimos días.

Entre ellas figuran los Laboratorios Abbott, Roche y Thermo Fisher Scientific que ya están produciendo millones de pruebas semanalmente. A principios de esta semana, además, Trump mostró al mundo el nuevo dispositivo transportable de Abbott, ID NOW – COVID 19, que realiza pruebas moleculares de muestras en cinco minutos. Los fabricantes esperan que el aparato realice 50 mil pruebas al día. También han aparecido en ese país, empresas que venden kits de prueba para el hogar que han sido rechazadas por la FDA por fraudulentas.

Lo último que se supo es que una prueba podría costar en ese país entre US$ 50 y 100 dólares; sin embargo, después de que el Congreso aprobara una nueva legislación, los tests han pasado a ser gratuitos, al igual que el costo de una visita al médico o un viaje a la sala de emergencias para hacerse la prueba, reportó el New York Times. Lo cierto es que cada país está regulando la distribución de los tan solicitades pruebas.

En un hilo de Twitter, el periodista especializado en ciencia, Peter Kukso detalló los costos en el cono sur: Chile, 70 dólares aunque el gobierno instauró un precio máximo de 30 dólares; Ecuador entre USD 80 y 120; Paraguay: USD 100; Uruguay: USD 134; México: USD 104. En el Perú tanto los test para diagnosticar la enfermedad como los tratamientos posteriores serán cubiertos totalmente por el Seguro Integral de Salud (SIS). Para el Estado significa un costo de 16 soles (4 dólares) por cada prueba rápida y 200 soles (58 dólares) por el test molecular.

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