CineLa actriz acaba de obtener el Globo de Oro por su magnifica actuación en The Wife y se perfila como posible ganadora de la estatuilla dorada. ,Glenn Close: Oscar a la vista,Glenn Close ha sido nominada seis veces a los premios Oscar y no lo ha ganado nunca, pero este año puede llevárselo por su formidable actuación en The Wife (La esposa). Allí hace el papel de una mujer que vive a la sombra de su marido escritor y que ha dedicado su vida a hacerlo exitoso. Por lo pronto, Close acaba de ganar el Globo de Oro –otorgado por la prensa extranjera en Hollywood– a la mejor actriz. El galardón siempre da pistas sobre los futuros nominados o ganadores del Oscar. Esta vez, todo indica que la intérprete, recordada como la desquiciada Alex Forrest de Atracción fatal, tiene los boletos premiados en el bolsillo. La noche del domingo pasado, la actriz conmovió a todo el auditorio reunido en la gala del Globo de Oro –y a millones de espectadores en el mundo– cuando su discurso se convirtió en un alegato en favor de las mujeres que han dejado de lado sus sueños en favor de su familia: "Ya saben, las mujeres somos cuidadoras, eso es lo que se espera de nosotras. Tenemos a nuestros hijos, a nuestros esposos o a nuestros compañeros, lo que sea. Pero debemos realizarnos personalmente, perseguir nuestros sueños, decirnos a nosotras mismas: 'Yo puedo hacerlo y me lo tienen que permitir'". Los aplausos fueron unánimes. Antes de eso, Close había recordado a su madre y unas palabras que le dijo cuando se quedó viuda: "No he hecho nada con mi vida". Por eso llamó a las mujeres a perseguir sus anhelos. Lo hacía también para que nadie vea como un buen ejemplo al personaje que la ha vuelto a encumbrar. La esposa El argumento de The Wife es sumamente atractivo: Joe Castleman (Jonathan Pryce) es anunciado como ganador del Premio Nobel y entonces el conflicto con su esposa se desata. Recibe los honores y los reconocimientos, mientras ella, Joan (Glenn Close), se mueve, como una sombra, un adorno, un complemento, a su lado. Nadie sabe que su papel ha sido clave en el éxito de su esposo. Y ese es el enigma que la historia desentraña. Hay una escena en la que Joan Castleman (Glenn Close) le dice a su esposo Joe Castleman (Jonathan Pryce): "No puedo aguantarlo más. No puedo hacerlo otra vez. No puedo soportar la humillación". Se refiere a que ya no quiere seguir haciendo el papel de "esposa de...", que ha tenido durante años, aun cuando ambos saben que ella ha tenido mucho que ver en la brillantez de la obra de su esposo. Lo triste es que él, narcisista y egocéntrico, no le reconoce mérito. En algún momento de la cinta incluso llega a decir: "Mi mujer no escribe, gracias a Dios". La actuación de Close está hecha sobre todo de gestos, miradas, sonrisas, antes que de diálogos y movimiento. Es un personaje contenido, con una rica vida interior y una tristeza que puede verse en sus pupilas aunque no diga nada. En tiempos de #MeToo y otros movimientos feministas, el mensaje que lanzó la noche del Globo ha sido poderoso. De las seis veces anteriores en que Close estuvo nominada, por lo menos en dos no mereció perder. Una de ellas fue en 1988, por su papel de Alex Forrest en Atracción fatal. Todos decían que lo ganaría. Pero, sorpresa, fue derrotada por Cher, protagonista de la comedia romántica Luz de Luna. La siguiente vez quizá lo mereció aun más: hizo de la manipuladora Condesa de Mertuil en la cinta Amistades peligrosas. Esa vez el Oscar lo ganó una joven Jodie Foster por la cinta Acusados. La última vez que Close estuvo cerca de un Oscar fue en 2012, cuando tuvo el protagónico de Albert Nobbs, la historia de una mujer que se hace pasar por hombre en la Irlanda de finales del siglo XIX y fue nominada como mejor actriz. "El papel que corona a Glenn Close", dijo la revista Variety entonces. Pero no pudo ser. Esa noche la estatuilla dorada se la llevó Meryl Streep por su papel de Margaret Thatcher. Todos están de acuerdo en que Close no necesita el Oscar para demostrar que es una enorme actriz, pero para muchos también sería un acto de justicia que lo obtuviera. Es la única gran actriz de su generación (Meryl Streep, Helen Mirren, Diane Keaton) que no lo ha conseguido. Su papel en The Wife es la gran oportunidad de cerrar el círculo. (R.M.)