ColeccionistasNo compran sobres sino cajas. Creen en el trueque. Negocian cuadernillos de papel plastificado como se negocian acciones en la bolsa. Los coleccionistas y su ansiedad por llenar, luego de 36 años, un álbum oficial del Mundial donde, por fin, figurará Perú. Faltan 18 días.,La última vez que José Manuel Moreyra (49) pronunció el santo y seña del ‘yala’, ‘nola’ para obtener figuritas de jugadores peruanos en un mundial le acababan de brotar unas pelusas en la zona del bigote. Tenía once años, y la solvencia para adquirir no más de tres sobres a la salida del colegio. Antes que un ‘marciano’, un paquete. Antes que el almuerzo, el placer de rasgar un sobre de papel y aceptar los designios de la fortuna para luego rebelarse a través del trueque, intercambio libre y prehistórico de la especie humana. No siempre se puede, vale decir. Su álbum de España 82, de la todopoderosa Panini, vestigio de la presencia peruana en la máxima fiesta del fútbol, está lleno de vacíos. En las dos páginas de la selección no están los rostros de Chumpitaz, Cueto, ‘Cucurucho’ Rojas, Eusebio Acasuzo, así como tampoco la foto del equipo que quedó eliminado en primera ronda. Moreyra culpa a la dictadura militar. “Frenaron las importaciones, y dejaron de vender Panini para darle preferencia a Navarrete”. Desde entonces, se resignó al masoquismo de coleccionar álbumes de los mundiales sin los cromos de su país. Juan (45), su hermano menor, fue más astuto, y desde hace dos años y medio se dedica al comercio de figuritas y álbumes, en el sótano de una pequeña galería en la avenida Emancipación. Figuritas Perú se llama el stand que se da el lujo de abrir cuatro veces a la semana por unas cuantas horas. “Aquí no vienen niños. Es una tienda para gente mayor. La hice pensando en los coleccionistas”, explica. Y los coleccionistas van llegando. Son las 2 de la tarde del miércoles, y el horario de almuerzo ha permitido las mentiras piadosas. Se percibe la ansiedad. El 22 de marzo se lanzará el álbum oficial de Panini, el más extenso (684 figuritas, entre ellas nueve exclusivas) y a su vez el más caro de la historia (cada sobre costará 2 soles con 20 céntimos). Saldrá en dos ediciones: en grapas a cinco soles y en tapa dura a veinticinco. Aunque ya se han filtrado algunas figuritas, y el viernes, por unas horas, la supuesta portada, los coleccionistas se debaten entre el alivio por la presencia de Paolo Guerrero y la incertidumbre por Claudio Pizarro. Las discusiones son multitudinarias los sábados pues se reúnen a las afueras del Parque de la Exposición, religiosamente desde hace cuatro años. Integran un grupo secreto de Facebook llamado Coleccionistas de álbumes Panini Lima-Perú con más de tres mil miembros donde intercambian, y subastan. “No pude llenar el álbum de España 82. Era un niño. Llenar el de Rusia 2018 será completarlo de alguna manera”, desea José Moreyra. Planea aplacar su nostalgia en una semana con las cajas y paquetones de su hermano Juan. Museo coleccionable A los doce llenó su primer álbum, a los veinte exhibió por primera vez su colección, y a los veinticinco inaugurará el primer Museo coleccionable de fútbol en Sudamérica, con 10 mil artículos, 500 álbumes de figuritas, más de cien camisetas autografiadas e insólitos souvenirs, como el pasaporte de Alberto Gallardo, el puntero nacional con patada de mula, cuando fichó por el Palmeiras brasileño en 1966. Jack Hurtado (25) atesora historia. Es un muchacho que posee objetos más antiguos que sus abuelos. Alguien que vive en el siglo pasado entre papeles amarillos y el polvo de tiempos remotos. Un chico que posee lo inimaginable. Un álbum del mundial Argentina 78 de La Mañana, un periódico de Montevideo que dejó de existir hace 20 años. Cada edición traía consigo un cromo. Dormir de más significaba lucir agujeros indisimulables en el papel. Jack también conserva álbumes de los años treinta, cuando las figuritas no venían en sobres de papel sino en las cajetillas de cigarro. O en los cincuenta, cuando iban ocultas en chocolates. Y en los sesenta, en caramelos. Pero sus joyas más preciadas se sitúan entre el setenta e inicios de los ochenta. El trozo de historia donde Perú era un habitual asistente de las Copas del Mundo. Solo dos álbumes le son esquivos: el Panini y el Navarrete de México 70. El primero se subastó hace poco en Brasil, en cinco mil euros; y el segundo, en dos mil dólares por eBay. Truequear es su consigna. Y se ha entrenado para ello. Controla sus emociones y demuestra un mínimo interés durante las negociaciones. Así consiguió el álbum Panini de la Eurocopa de 1980. Hace unos años Alejandro Cabrera, un coleccionista venezolano que le dobla la edad, hizo una breve escala en Lima antes de viajar a Machu Picchu. En el lobby del hotel, Jack inició la puja con una proposición tibia: “¿Por cuánto me lo cambiarías? De repente lo puedo querer”. Cabrera pidió siete álbumes Navarrete de mundiales ochenteros y noventeros. Jack cerró el trato en cinco. Jack Hurtado es un coleccionista que no ha coleccionado la mayor parte de su colección. Por cuestiones de edad, evidentemente. Por eso le emociona tanto el de Rusia 2018. Por primera vez completará un álbum de un mundial donde participará Perú. Por primera vez se intercambiará una figurita de Guerrero por una de Messi o Neymar, como en el pasado se canjeaban lanzas por flechas. Mazorcas por manzanas. Aconseja establecer alianzas y comprar tres cajas de arranque. “Tendrán asegurado el 80%. El otro 20% se logra cambiando”. El 31 de marzo, la semana siguiente del lanzamiento del álbum Panini, se organizará un intercambio masivo en el Parque de la Exposición en la mañana, y otro por la tarde en el Parque Kennedy. Se prevé entre cinco y ocho mil personas. “En dos horas puedes llenar tu álbum”, dice. En abril próximo, su Museo coleccionable de fútbol, itinerante en oficinas, universidades, galerías y parques, se asentará en una casona de Jesús María, cerca de su departamento. Exhibirá a la vista del público todos sus tesoros. Una sala llevará el nombre de Daniel Peredo, la voz que nos clasificó a Rusia y artífice de muchas exposiciones del proyecto. Estarán sus libros, y algunos objetos que donó como los lentes oficiales de España 82, y seguramente la figurita que diseñó Jean Pierre Alonzo (31), un hincha que creyó, como todos, que el relator es un miembro más del equipo de Ricardo Gareca, y merecía gritar los goles de Perú en Rusia. Hace dos sábados, Alonzo imprimió 200 figuritas de Peredo, y las repartió en el Parque de la Exposición, como ya hemos dicho, el espacio de concentración de los coleccionistas. “La gente pensaba que yo la vendía, pero hubiera sido incapaz. Es un homenaje a un periodista que, a diferencia del resto, solo le importaba el fútbol”. Esa figurita tiene que ser ‘yala’.