Accomarca: ¿qué pasó hace 37 años y por qué recién entierran a las víctimas?

El terror que sembró Sendero Luminoso y la represión de las fuerzas del orden en la sierra peruana entre los años 1980 y 2000 es una herida que aún no puede cicatrizar. El último 19 de mayo, después de 37 años, el Ministerio Público entregó los restos óseos de 47 de las 114 víctimas que dejó la masacre de Accomarca.

Hace 37 años en Accomarca, distrito del departamento de Ayacucho, sucedió uno de los crímenes más repudiables en la historia del Perú, que tuvo como artífice al Ejercito peruano. El trágico hecho ocurrió en el contexto del conflicto interno que atravesaba el país durante la época.

¿Qué pasó en Accomarca?

En 1985, Alan García asumía su primer mandato como jefe de Estado. Dos meses después, para ser específico el 14 de agosto de aquel año, cuatro patrullas del Éjército nacional se dirigían a un pequeño pueblo de la sierra ayacuchana tras recibir “información” de que miembros del grupo Sendero Luminoso preparaban una estrategia en dicho perímetro.

Las tropas del orden, al llegar al punto, ejecutaron un plan que consistía en asesinar a campesinos en la quebrada de Llocllapampa —un valle al pie de la montaña donde se encuentra Accomarca—, ya que creían que en ese lugar Sendero Luminoso adoctrinaba a la comunidad.

Los militares sacaron de sus chozas a las personas, golpearon y torturaron a los varones, violaron a las mujeres, y luego los encerraron en una casa para dispararles. El subteniente Telmo Hurtado, posteriormente sentenciado por dirigir la operación, arrojó una granada e incendió todo, por lo que calcinó a decenas de comuneros.

¿Por qué después de 37 años recién entierran a las víctimas?

Tras 37 años exclamando justicia, los familiares pudieron enterrar a las victimas, debido a un accidentado proceso judicial que ha demorado décadas por fuerzas políticas.

En 1993, el Poder Judicial condenó a seis años de prisión al subteniente Telmo Hurtado por ser el principal autor de la masacre de Accomarca. Sin embargo, dos años después, el implicado se acogió a una ley de amnistía promulgada en ese entonces por la dictatura fujimorista y quedó absuelto de los cargos que lo condenaban.

Luego de la caída del régimen fujimorista en el 2002, el caso Accomarca fue reabierto por mandato de un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ese año, con la amnistía revocada, Telmo Hurtado huyó a Estados Unidos y, un año después, un equipo forense especializado de la Fiscalía comenzó un trabajo para el reconocimiento de las víctimas y entregarlas a los familiares.

Una justicia a medias después de 37 años

Luego de casi cuatro décadas sin poder obtener un mínimo grado de justicia, los familiares y sobrevivientes de la masacre de Accomarca recibieron los restos exhumados y certificados de las víctimas por parte del equipo forense del Ministerio Público.

No obstante, de los 114 cuerpos analizados hace varios años, solo 47 pudieron ser reconocidos mediante el proceso de ADN. Los otros restos no pudieron certificarse, ya que fueron calcinados casi en su totalidad.

Parte de la ‘justicia a medias’ que perciben los accomarquinos y sus descendientes es que la sentencia de 2016 contra los militares casi no se ha cumplido: de 10 condenados, solo cinco están presos, y ni el Estado ni los victimarios han pagado la reparación.