Conoce las bebidas alcohólicas que generan más grasa abdominal, según un estudio

Evitar el aumento de grasa abdominal no es solo una cuestión estética, pues el exceso de esta puede desatar diversos males cardiovasculares y de otra índole. El consumo de bebidas alcohólicas ha sido relacionado en varias ocasiones con la obesidad, pero ¿cuáles de ellas generan más sobrepeso? Revisa los resultados de un estudio sobre el tema.

En la cultura popular se relaciona especialmente a la cerveza y a ciertos licores con el aumento de grasa en el abdomen. Pero también hay bebidas que podrían tener efectos favorables si se consumen con moderación.

Para analizar los efectos de cada bebida, veremos a continuación los resultados de la investigación a cargo de la doctora Brittany Larsen y sus compañeros de la Universidad Estatal de Iowa (Estados Unidos), publicada el 7 de febrero de 2022 en la revista Obesity Science and Practice.

¿Qué bebida alcohólica genera más grasa abdominal?

El estudio de Larsen, que recopiló información de 1.869 adultos del Reino Unido de entre 40 a 79 años, determinó que el consumo de cerveza y alcoholes destilados (licores) está asociado a niveles más altos de grasa visceral, lo cual se explica por la alteración en los niveles de lípidos en la sangre y la resistencia a la insulina.

Tal como recuerda la investigadora, la grasa visceral es un tipo dañino de grasa que se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico y otras complicaciones para la salud. Esta tiende a acumularse en la región abdominal y afecta a los órganos vitales.

¿Qué bebida alcohólica está asociada con menores niveles de grasa abdominal?

Por el contrario, la investigación sugiere que el consumo de vino tinto tendría un efecto protector frente al aumento de grasa corporal, debido a sus efectos antiinflamatorios y al aumento de las lipoproteínas de alta densidad.

¿Cuáles son los efectos del vino blanco en la salud?

El estudio no encontró influencia alguna del consumo de vino blanco sobre los niveles de grasa viscerales, pero sí halló que su ingesta moderada se asociaba a una mayor densidad ósea en los adultos mayores. Dicho beneficio no se encontró entre las personas que consumieron cerveza o licores.

Este dato puede ser importante ante el riesgo de reducción en la densidad mineral ósea que trae consigo el envejecimiento.

Uno de los propósitos de la investigación fue determinar con mayor precisión la relación entre el consumo de bebidas alcohólicas y el aumento de peso. Hubo algunos estudios que no hallaron una relación clara entre ambos factores, pero la inconsistencia en la literatura existente podría deberse al tratamiento del alcohol como una sola entidad, según explica Larsen.

Aún en estudios que se dedicaron a analizar los efectos de una bebida específica, como la cerveza, se registraron resultados mixtos. Por ello, “nuestro objetivo es desentrañar aún más los riesgos y beneficios únicos asociados con cada tipo de alcohol”, detalla la especialista.

¿Cuáles son los riesgos de beber alcohol en exceso?

El consumo excesivo de alcohol puede traer las siguientes consecuencias, según explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos:

A corto plazo

• Lesiones, como por choques de vehículos automotores, caídas, ahogamientos y quemaduras.
• Violencia, como homicidios, suicidios, agresión sexual y violencia doméstica con parejas sexuales.
• Intoxicación por alcohol, una emergencia médica que es ocasionada por niveles altos de alcohol en la sangre.
• Comportamientos sexuales riesgosos, como tener relaciones sexuales sin protección o con múltiples parejas, los cuales pueden ocasionar embarazos no planeados o enfermedades de transmisión sexual, como el VIH.
• Abortos espontáneos y muerte fetal o trastornos del espectro alcohólico fetal en las mujeres embarazadas y los bebés.

A largo plazo

• Alta presión arterial, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedad del hígado y problemas digestivos.
• Cáncer de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto.
• Problemas de aprendizaje y memoria, como demencia y bajo rendimiento escolar.
• Problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.
• Problemas familiares, problemas relacionados con el trabajo y desempleo.
• Dependencia al alcohol o alcoholismo.