Moonlight y BlacKkKlansman: dos películas para entender el conflicto racial en Estados Unidos
Las cintas ganadoras del Oscar aportan una perspectiva actual a las protestas realizadas por la muerte de George Floyd.
Estados Unidos se encuentra librando un conflicto racial debido a la muerte de George Floyd después de ser arrestado y sometido por Derek Chauvin en el estado de Minnesota.
A pesar de las distintas producciones audiovisuales que tratan este problema social, en esta nota nos enfocaremos en dos cintas ganadoras del Oscar: Moonlight y BlacKkKlansman.
Moonlight, ser pobre, gay y afroamericano en Estados Unidos
Estrenada en 2016, Moonlight recibió buenos comentarios por parte de la crítica y consiguió vencer al musical La La Land, al llevarse el Oscar a la mejor película.
Dividida en tres partes, narra la infancia, adolescencia y madurez de Chiron; que crece en un barrio conflictivo ubicado en Miami. Además, debe lidiar con los problemas de convivir con una madre deprimida y drogadicta.
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La falta de atención en su familia y el acoso realizado por sus compañeros hacen que el protagonista trate de independizarse y construir una nueva vida en un laberinto de emociones que lo abruman.
Moonlight es la primera película de temática LGBTI con un reparto integrado por actores afroamericanos, la segunda cinta con menor presupuesto en ganar un Oscar y en tener al segundo director de raza negra de la historia con una cinta galardonada por la academia.
BlacKkKlansman: el policía afroamericano que se infiltró en el KKK
BlacKkKlansman cuenta la historia real de un policía afroamericano, Ron Stallworth, que a principios de la década de los setenta consiguió infiltrarse en el Ku Klux Klan (KKK), el grupo de supremacistas blancos más peligroso de Estados Unidos.
Ron contó con la ayuda de un policía blanco que asistía a las asambleas y grababa las conversaciones realizadas por el grupo. Ambos consiguieron evitar actos violentos y demostraron al Pentágono que miembros del ejército integraban las filas del Ku Klux Klan.
Estrenada en 2018, la película también muestra los estereotipos que tienen los ciudadanos sobre la comunidad de raza negra y termina con un epílogo que recuerda la matanza de Charlottesville y los polémicos discursos de Donald Trump.