Científicos descubren cómo una bacteria se vuelve resistente a los antibióticos y encuentran nuevos tratamientos
Un reciente estudio sobre el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina revela cómo esta superbacteria utiliza mecanismos únicos para resistir a los antibióticos.
La resistencia de bacterias como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) ante antibióticos se ha convertido en un desafío crítico para la salud pública global. Cada año, miles de personas son afectadas por infecciones causadas por estas superbacterias, que escapan de los tratamientos convencionales. Un reciente estudio publicado en la revista Science ha identificado cómo el SARM utiliza una doble estrategia de defensa para sobrevivir, incluso frente a los antibióticos más potentes. Este descubrimiento, liderado por la Universidad de Sheffield, aporta información clave para desarrollar nuevos tratamientos y enfrentar el riesgo creciente de resistencia bacteriana.
Este hallazgo permite comprender cómo el SARM desarrolla una alta resistencia, incluso contra los antibióticos más fuertes como la vancomicina y la daptomicina. La investigación, liderada por Simon Foster de la Universidad de Sheffield, ha identificado dos mecanismos sinérgicos en el SARM, los cuales explican su elevada capacidad de supervivencia y destacan la necesidad urgente de nuevas estrategias terapéuticas.
¿Cómo la bacteria se defiende de los antibióticos?
El SARM ha resultado ser uno de los patógenos hospitalarios más peligrosos debido a su resistencia creciente, que le permite sobrevivir a numerosos antibióticos. Este microbio mortal adquirió un gen, llamado MecA, que ayuda a formar sus paredes celulares de manera que puede crecer y dividirse, una característica esencial para su resistencia. Sin embargo, el estudio revela que este mecanismo es solo el primero en su “doble defensa”. Los investigadores descubrieron que esta bacteria no solo depende del gen MecA, sino que requiere de mutaciones adicionales en genes potenciadores que elevan aún más su resistencia.
La bacteria SARM, en amarillo, escapa de un glóbulo blanco (rojo), puede avanzar sin control y, en última instancia, acabar con nuestro organismo. Foto: NIAID
Según Foster, “es necesario que MecA actúe a un nivel bajo, aproximadamente 10 veces mayor que en cepas sensibles, y que estos potenciadores lo eleven a un nivel 1.000 veces mayor”. Este descubrimiento explica la alta resistencia del SARM y permite vislumbrar las razones por las cuales esta superbacteria continúa siendo tan peligrosa en ambientes hospitalarios y comunitarios, donde muchas veces sobrevive a tratamientos antibacterianos múltiples.
¿Qué mecanismo utiliza el SARM para sobrevivir?
El equipo de Sheffield identificó un segundo componente crucial de la resistencia del SARM: un mecanismo de división celular alternativo. Este proceso le permite dividirse de una forma diferente cuando se enfrenta a los antibióticos, evitando el uso de ciertas proteínas que normalmente serían esenciales para su multiplicación. Este mecanismo asegura que la bacteria pueda continuar creciendo incluso en presencia de antimicrobianos, aumentando la efectividad de su defensa.
El hallazgo de los mecanismos de división celular y la defensa doble abre la puerta a diseñar terapias más efectivas para combatir bacterias resistentes. Foto: Difusión
“Este es un aspecto que no habíamos observado antes”, comentó Foster. “Descubrimos que, al dividirse de esta manera, la bacteria puede evadir la acción de los antibióticos en un nivel que antes no habíamos imaginado”. Este hallazgo de un modo de división alternativo no solo muestra la capacidad adaptativa de la bacteria, sino también las posibles limitaciones de los antibióticos actuales para combatirla de manera eficaz. En este sentido, la investigación ofrece una perspectiva sobre cómo los patógenos evolucionan mecanismos complejos para asegurar su supervivencia.
Implicaciones para el futuro de las terapias antibacterianas
Este avance científico representa un paso importante para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas. La investigación plantea la posibilidad de diseñar tratamientos dirigidos específicamente a los dos mecanismos identificados en el SARM, lo que podría ofrecer un enfoque más preciso y eficaz para combatir la resistencia bacteriana. Según los expertos, ya existen compuestos que podrían inhibir estos sistemas, y el descubrimiento de nuevos tratamientos se basa en mapear las actividades específicas de cada uno de los sistemas de defensa de la bacteria.
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Bruno González-Zorn, experto en resistencias antimicrobianas de la Universidad Complutense de Madrid y asesor de la OMS, enfatiza la importancia de estos hallazgos para la medicina. “El conocimiento sobre cómo el SARM se hace altamente resistente abre nuevas posibilidades en la lucha contra este patógeno”, sostiene. Este avance, aunque aún no tenga una implicación clínica directa, allana el camino para diseñar moléculas que interfieran en estos mecanismos de resistencia, ofreciendo una respuesta crucial para el control del SARM en hospitales y centros de salud.