Un noble pueblo de piedra

En plena ruta del Azogue (Huancavelica), Sacsamarca es una parada obligada.,Gunther Félix / Revista Rumbos Iba iniciar así: el errante no se imaginaría que detrás de ese cartel llamativo, además de recibir las bofetadas del frío viento de la sierra huancavelicana, se escondería un modesto pueblo de piedra. Atraído por sus caminos pedestres, el andariego se detendría a conocer el vecindario andino y a intercambiar algunas palabras con los paisanos antes de regresar a la camioneta para seguir el rumbo. PUEDES VER: ¡Vámonos al centro! Así comenzaría la cortita historia de esta cortita parada, si no fuera por un detalle, que nada de eso sucedió. La verdad pinta distinta porque aquel viajero ya cree haberlo visto todo en su tercer día en la ‘tierra del mercurio’. Un puente de piedra se alza como uno de los atractivos de Sacsamarca. Foto: Jorge Calderón. Y así como los turistas prefieren guiar sus andanzas hacia rincones más conocidos, el viajero también expresaba cierto desdén por los paisajes agrestes de una región empobrecida. “Ya no hay mucho que ver”, se resignaría el pasajero que iba a bordo de una camioneta sin esperanzas de encontrar algún remanso arqueológico o una laguna altoandina, de esas que se descubren a menudo y con disimulo a un lado de la carretera. Por el contrario, el foráneo prefería mil veces seguir escuchando los huaynitos de la radio en vez de ojear el retrovisor por si se le escapaba uno que otro atractivo digno de mencionarlo en la hoja de ruta. De pronto, los motivos sobran para desconectarse del viaje y hacer una parada. Basta con asomarse a la ventana para darse cuenta que arribaron a Sacsamarca, un noble pueblo donde las casas son de piedra y la placita es usada como punto de encuentro para reunir a familiares y comerciantes, quienes aprovechan las escasas paradas de los buses para ganarse un sencillo con la venta de truchas fritas y a la parrilla. La plaza de armas es el punto de encuentro durante los días de ocio. Foto: Jorge Calderón. Y es que el tiempo es lo de menos. Aquí las manecillas del reloj no corren como en la capital. No hay apuros por llegar temprano al trabajo, a una cita o al banco. Caminar sus calles nos permite ver esa rutina rural que contagia la gente del campo. No hace falta seguir buscando para darse cuenta que el sosiego está allí: en sus chacras, en su apacible río, en su robusta iglesia y minúsculo puente, ambas de piedra, y en la gente que se reúne apenas unos minutos en la plaza antes de regresar a la tranquilidad del campo. Sin duda, un humilde destino pétreo por descubrir en el distrito, provincia y región Huancavelica. Vista panorámica de las casas de piedra. Foto: Jorge Calderón. En Rumbo De la capital de Huancavelica a Sacsamarca, por carretera hasta la intersección de las avenidas Jorge Chávez con Tambo de Mora, donde se abre una ruta hacia Sacsamarca. Tiempo: 20 minutos. Viaje con Megabus (www.megabus.pe). Terminal: avenida Luna Pizarro 240, La Victoria. Teléfonos: #999054153. Correo: ventas@megabus.pe