Escritor argentino, invitado de la FIL, en El libro de los placeres prohibidos (Ed. Planeta) indaga al inventor de la imprenta, a propósito del peligro de que un libro del Índex se masifique.Entrevista,Federico Andahazi:“Gutenberg fue el primer pirata de libros”,Pedro Escribano, ¿Qué le motivó a convertir a Gutenberg en personaje literario? En realidad, Gutenberg fue un personaje literario. Es increíble, es un personaje del cual creemos saber mucho, pero en realidad no sabemos nada. A ver, El libro de los placeres prohibidos empezó siendo una novela que iba a relatar aquella guerra entre los primeros imprenteros y los últimos copistas. Los últimos copistas queriendo conservar su costo y los primeros imprenteros, a toda máquina, reproduciendo los últimos manuscritos. Entonces cuando empecé a escribir esa historia la referencia ineludible era Gutenberg, y cuando comienzo a indagar sobre su biografía, encuentro una serie de inconsistencias, de lagunas, de apologías bastante tiradas de los pelos. Acá hay algo extraño, dije e inicié una investigación que me terminó llevando a Alemania. Y me di con una sorpresa, la única constancia cierta que acredita que Gutenberg existió es la cantidad de juicios que se le hicieron en su contra, justo por reproducir textos. Ah, también una mujer le hace juicio por incumplimiento de matrimonio, ella se queda con su dinero y monta una imprenta clandestina. Con todo, ¿usted arma una biografía de Gutenberg? Entonces, todo lo que hago es reconstruir este personaje fantástico, oscuro, genial que fue él. Un héroe, digamos, que nunca supuso los alcances que iba a tener su fraude. Porque él se asocia junto con dos cómplices, uno banquero y otro artesano y conciben la estafa más grande del mundo. Porque el invento de Gutenberg cambió la historia para siempre. ¿Pero Gutenberg inventó la imprenta? Si contestamos de manera casi escolar, es el inventor de la imprenta, Pero eso no es así, Gutenberg no inventó la imprenta, es un hecho mítico en la historia, porque lo que inventa Gutenberg es una máquina para falsificar manuscritos. Entonces un manuscrito valía una fortuna, eran años de trabajo, la máquina de Gutenberg lo hacía en horas. Pero es descubierto y le hacen los juicios. Holanda también reclama que Laurens Coster inventó la imprenta. Coster dice que un discípulo le robó su máquina, todo indica que fue Gutenberg. ¿Y la Iglesia qué dice ante esta copia de manuscritos? La Iglesia se encuentra ante un problema muy preocupante, no solo porque se está copiando sino que teme que con esa máquina se difundan los libros del Índex, los libros prohibidos como El libro de los placeres prohibidos. Este libro comentaba todo el saber sobre el placer sexual, desde Babilonia hasta ese entonces, y solo el hecho de pensar que este libro pudiera hacerse público, masificarse, hacía que entraran en pánico los miembros de la Iglesia. La Iglesia contrataba copistas iletrados, es decir, eran dibujantes de letras. Jamás le iban a confiar el contenido de los libros, pues podían enterarse o alterarlos. ¿Y esto, cómo aparece en thriller en tu novela? Yo junto dos historias donde hay un asesinato, el de Gutenberg con una historia de prostitutas, pero en realidad no lo son, sino son sacerdotisas que predicaban el placer babilónico en los templos. Estas adoratrices tenían El libro de los placeres prohibidos y alguien quería impedir que este libro llegue a la máquina de Gutenberg. Y recurro a la forma del thriller para que la historia resulte más amable, amena al lector. Entonces, ¿Gutenberg fue un promotor del libro? A ver. Mira, en 1445 ya se discutía la muerte del libro. A Gutenberg lo acusaban de haber matado el libro, porque el libro tenía que ser manuscrito, tenía que ser sagrado. No se concebía impreso. ¿Héroe o antihéroe? La cosa es compleja. El primer libro impreso de Gutenberg era pirata, era una falsificación. O sea, el inventor del libro impreso también inventó la piratería. Gutenberg fue el primer pirata de libros, de esa industria editorial ilegal que existe hasta nuestros días.