Durante la construcción de la Estación Central de la Línea 2 del Metro de Lima, los trabajadores del concesionario realizaron un notable descubrimiento: dos antiguos albañales y la base de una pileta, que datarían del siglo XIX. Este hallazgo impulsó al Ministerio de Cultura (Mincul) a intervenir para asegurar la preservación de estas valiosas estructuras históricas y proteger así el patrimonio cultural de la ciudad, además destacar la importancia de su conservación en medio de proyectos de infraestructura modernos.
De acuerdo a la información expuesta por el Mincul, los albañales fueron encontrados en el cruce de las avenidas 9 de diciembre, conocido como Paseo Colón y Garcilaso de la Vega con jirón Washington, al igual que los restos de una pileta. A continuación, se expondrá más detalles al respecto.
Excavaciones y hallazgo de pileta en obras de Línea 2 del Metro de Lima. Foto: Mincul
Durante las obras en la Estación Central de la Línea 2 del Metro, los trabajadores encontraron dos estructuras que llamaron su atención. Este descubrimiento, que se dio a varios metros de profundidad, ha sido considerado como uno de los más importantes en Lima Metropolitana, en las últimas décadas.
Ante ello, los inspectores del Ministerio de Cultura brindaron recomendaciones e indicaciones al grupo de empleados del concesionario Metro de Lima para preservar lo encontrado. Ellos indicaron a las personas contratadas que, de llevarse a cabo trabajos de excavación en las obras, deberán tener monitores especializados para realizar registros y evidencias.
El objeto encontrado se relaciona con los primeros años de la etapa republicana del Perú. Los expertos han destacado que este hallazgo podría proporcionar nuevas perspectivas sobre las construcciones del siglo XIX.
En la zona de hallazgo, el Mincul pidió al titular de la intervención arqueológica y a los trabajadores responsables de la obra, que se lleva a cabo en este espacio del Centro de Lima, que realicen las acciones necesarias para la protección de las evidencias arqueológicas.
Cabe señalar que, la cartera de cultura precisó que cuenta con un “Plan de Monitoreo Arqueológico” que permite el acompañamiento de un profesional de arqueología a los encargados de las obras de infraestructura y servicios.
“Este plan tiene por finalidad establecer las acciones necesarias para prevenir, evitar, controlar, reducir y mitigar posibles impactos negativos sobre evidencias arqueológicas que se encuentren en el suelo y subsuelo durante el desarrollo de proyectos de inversión pública y privada productivos y extractivos, que podrían impactar en los bienes que forman parte de nuestra memoria histórica”, señaló el Mincul.
Los restos arqueológicos hallados pertenecerían al siglo XIX. Foto: Mincul
El primer registro importante de un sistema de acueductos para el uso del agua en el Perú fue en 1552, cuando aun el país se encontraba bajo el control de la conquista española. El 15 de enero de este año, el virrey Conde de Nieva aprovechó los puquios de La Atarjea, un reservorio de agua natural que se encontraba en un lugar pantanoso en la falda de los cerros Santa Rosa y Quiroz. Se invirtió S/20.000 "pesos de oro", para la construcción de tuberías de arcilla.
Siglos después, ya en la época de la República del Perú, cuando Ramón Castilla estaba en el gobierno en 1846, se realizó la primera convocatoria de propuestas para mejorar el alcantarillado que alimentaba de agua al puerto del Callao. Pero fue en 1848 cuando el gobierno contrató la propuesta de Guillermo Wheelwright, quien concedió facilidades para la provisión de agua en las casas de los ciudadanos limeños. Con este proyecto, en 1850 se pudo contabilizar 27 pilas y pilones que abastecían varias zonas de Lima.
Sin embargo, los problemas para administrar las aguas residuales seguían vigentes, debido a que los canales de regadío se mezclaban con estos elementos contaminantes. Recién en el año 1900, el gobierno de Eduardo López de Romaña inició acciones para mejorar el tratamiento de las aguas debido al brote de la fiebre tifoidea.
Ministro del MTC, Raúl Pérez-Reyes, anunció fecha del tramo 1 de la Línea 2. Foto: composición LR/Andina/La República
En 1904, el ingeniero B. Bingham, junto con el ingeniero Julio Ribeyro, repararon y sustituyeron los anchos albañales de ladrillo circular con tubos de gress cerámica y acero, cada una de estas para un fin diferentes: mientras que el de cerámica iban a parar a los regadíos, el de acero desembocaba en el Rímac con dirección al mar para el tratamiento de las aguas servidas. Sin embargo, los problemas de la obstrucción de los canales, seguía, y en muchas ocasiones por los propios ciudadanos.
El libro de José Matos Mar y Rubén Matos Lagos "Aguas residuales, agricultura y alimentación en la gran Lima" (1990) dice lo siguiente: "(...) se debía también a la acción de los vecinos que, aprovechando los agujeros causados por hundimientos en los albañales antiguos, o destapando los buzones de las alcantarillas, arrojaban en ellas basura, cajas, costales, utensilios inservibles y animales muertos".
La jefa de Planes de Desvío del Consorcio Metro de Lima y Callao para la Línea 2 del Metro de Lima informó que el Paseo Colón estará cerrado en segmentos debido a la construcción de la estación Central.
El primero, desde el jirón Washington hasta la avenida Garcilaso de la Vega (también conocida como Wilson), y el segundo, desde la avenida Garcilaso de la Vega hasta el Óvalo Grau. Sin embargo, se mantendrán dos carriles abiertos en cada sentido en el cruce para evitar el tráfico.
Además, señaló que "la primera parte de la obra durará 13 meses, después de lo cual se liberará la totalidad de la avenida Garcilaso de la Vega. Posteriormente, las obras continuarán a partir del mes 13 con la liberación gradual de la avenida Paseo Colón".