Desde el penal Ancón I, reclusos extorsionaban y planificaban secuestros

Que un recluso de alta peligrosidad, procesado o condenado por delitos agravados tenga acceso a un celular dentro de una cárcel de máxima seguridad para seguir delinquiendo sería algo impensable en muchos países del mundo. Sin embargo, según las denuncias, miles de personas inocentes son víctimas de crímenes cometidos desde las prisiones.

Reciben llamadas y mensajes extorsivos que terminan en robos y estafas, también en violentos secuestros e incluso asesinatos. “Hay casos de extorsiones tras las rejas que terminaron con un desenlace fatal en Lima y en La Libertad”, confirmó un agente de la Dirección de Investigación criminal.

Y, ante el incremento de estas extorsiones, secuestros, sicariato y estafas que ponen en riesgo a la ciudadanía, la Fiscalía de la Nación puso en marcha hoy la estrategia 'Fiscales por un Perú seguro', con un operativo ejecutado en el penal Ancón 1.

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La diligencia fiscal consistió en una requisa que se efectuó en el pabellón 9, que alberga a internos del régimen especial de alta peligrosidad.
Se encontraron celulares ocultos detrás de las paredes, enterrados en el suelo, camuflados en colchones, ropa y hasta en gaseosas. Teléfonos desde los cuales se pueden originar miles de llamadas al día, con voces distorsionadas para estafar, mensajes de texto con links para clonar datos y redes sociales.

Según se informó, se encontraron 5 chips, 27 memorias (USB y SD) y 6 celulares de alta gama. Para la extracción de algunos de los equipos, fue necesario perforar paredes de celdas. También se localizaron accesorios para los móviles, como cargadores, audífonos, baterías y carcasas. Asimismo, se encontraron agendas con más de 300 números telefónicos, números de cuentas bancarias, US$100 y más de S/9.000. De igual manera, se ubicaron 143 envoltorios de droga y 573 pastillas.

Este operativo se realizó con la participación de 40 fiscales, con el apoyo de efectivos de la Subunidad de Acciones Tácticas (SUAT) de la PNP y con los agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).

El trabajo conjunto permitió la minuciosa revisión de 221 internos de 56 celdas y áreas comunes como baños, comedor y patio del pabellón 9.
Con la extracción de la evidencia, el Ministerio Público convalidará los productos de este hallazgo a fin de realizar las investigaciones pertinentes a través de los subsistemas Contra la Criminalidad Organizada, Penales y Ciberdelincuencia.