La violencia de género es una de las grandes problemáticas que el Perú aún debe afrontar. Pero las diferentes agresiones y asesinatos que sufren las peruanas se hicieron más evidentes a raíz de la marcha Ni una menos que, si bien no fue la primera movilización feminista que levantó la voz por el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencias, fue una de las más multitudinarias a favor de que paren de violentarlas y matarlas en el Perú.
“Ni una menos marcó un hito en el camino para la defensa de los derechos de las mujeres. Si bien se dieron varios avances en las últimas cuatro décadas, en ese momento, las personas empatizan un poco más con lo que significa la violencia hacia la mujer y sus consecuencias. Desde el Estado, debido a la movilización ciudadana, también empieza a tomar mayores medidas. Por lo tanto, hay un antes y un después”, explica Liz Meléndez, directora ejecutiva de la organización feminista Flora Tristán.
A cinco años de aquel sábado 13 de agosto de 2016, cuando miles de mujeres a nivel nacional decidieron organizarse para convocar a una protesta que convocó a alrededor de 500.000 personas, como estiman los medios de comunicación, ¿cuánto han variado las cifras en torno a la violencia contra las mujeres en el país?
Las cifras de feminicidio desde la última marcha de Ni una menos demuestran el preocupante avance de la violencia que vive la mujer en el Perú. En el 2016, el Ministerio de la Mujer reportó 124 feminicidios, pero únicamente 105 llegaron al Ministerio Público. De estos, 41 se perpetraron dentro de los meses de enero a junio. Cifra que ha crecido alarmantemente, ya que en el mismo periodo en el 2021, el MIMP ha registrado 73 casos de este delito.
En el 2016, el mayor porcentaje de víctimas tenía entre 18 y 25 años con un 33,9%, pero en la primera mitad de este año las denuncias de feminicidio se centran en mujeres de 30 a 59 años con el 42,5%, y muy cerca está el rango de 18 a 29 años con el 41,1%.
De acuerdo a un comunicado de la Defensoría del Pueblo, una de las causas del aumento de la violencia contra la mujer “sería en el grado de impunidad que existe respecto a estos crímenes”, pues hasta mayo del 2021 no se emitió ninguna sentencia por feminicidio, cuando el Código Procesal Penal establece que estos procesos se deben iniciar rápidamente. Sobre todo en casos de flagrancia.
“Allí los mismos feminicidas confiesan el crimen y no se requiere mayor investigación”, detalló Erika Anchante, parte de la Adjuntía para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, en una entrevista con la Agencia Andina.
Junto a las cifras de feminicidios crece la cantidad de hijos e hijas que se quedan sin el amor y la presencia materna. En el 2016, el 57,3% de las víctimas eran madres de uno a tres niños, mientras que el 14,1% tenía de cuatro a seis niños. Cifra que queda muy cerca al del 2021 (enero a junio), ya que el 56,2% de mujeres criaba de uno a tres menores.
En el 2016, las mujeres salieron a las calles no solo para decir “Ni una menos”, sino también para gritar “Este cuerpo es mío. No se toca, no se viola…”, exigiendo el fin de la violencia sexual; porque, al finalizar ese año, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) recibió 7.488 denuncias por ese delito, siendo Lima Metropolitana la región con más víctimas (2.198). La situación se ha venido agravando, pues solo en el periodo enero-junio del 2021 se superó la cifra de hace cuatro años con más de 2.000 nuevos casos.
Las principales víctimas de la violencia sexual son niñas, niños y adolescentes. En el 2016, 426 tenían de 0 a 5 años, y 1.984, de 6 a 11 años. Mientras que solo en la primera mitad del 2021, 436 víctimas son de 0 a 5 años, y 2.022, de 6 a 11 años.
Muchas de estas menores quedan embarazadas y son forzadas a ser madres. En el 2016, 1.177 niñas de 0 a 14 años tuvieron un parto producto de una violación sexual; y en lo que va del 2021 la cifra es de 584 en el mismo rango de edad, según el Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo.
“Necesitamos educación sexual integral para prevenir embarazos adolescentes, pero también para prevenir la violencia sexual. A veces, vemos la visión de la violencia separado de los derechos sexuales y reproductivos, eso es un grave error, porque se trata de no ver todo el problema, ya que al final lo que está en disputa es el cuerpo y la autonomía de las mujeres”, explica Liz Meléndez.
Además, de acuerdo a un informe de la Defensoría del Pueblo del 2021, “de la supervisión realizada en 109 establecimientos de salud, todavía se evidencia una serie de limitaciones en el acceso a la atención integral de salud de niñas y adolescentes víctimas de violación sexual. Entre ellas resalta la falta de información oportuna (...), de ser el caso, a la posibilidad de acceder a una interrupción del embarazo previa evaluación de la junta médica”.
La falta de un protocolo de aborto terapéutico especial para menores de edad y la indiferencia del Estado sigue obligando a muchas niñas y adolescentes a llevar un embarazo que nunca desearon y que les afectará a nivel emocional y físico.
Las violencias física y psicológica son, lamentablemente, de las más comunes en el Perú. Al 2016, el MIMP registró 27 999 casos de violencia física (40 %). Fue a raíz de las manifestaciones de Ni Una Menos que se empezó a reconocer esta problemática, y ello se evidencia en que en el mismo año empezaron a incrementar los casos atendidos luego del mes de julio: solo en el mes mencionado se consignaron 762 casos; mientras que en agosto fueron 956.
Pero la tendencia no bajaría. En el 2017 las cifras incrementaron en casi 10 mil nuevos casos y, desde ese entonces, no han disminuido, a excepción del 2020, año en el que el MIMP no consideró los número de los meses de abril, mayo y junio a raíz de la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus. Por ello, no se puede hablar de una disminución de la violencia, pues por el contrario, niñas y mujeres denunciaron que el encierro incrementó la violencia hacia ellas.
Ocurre un panorama similar respecto a la violencia psicológica, cuyo registro incrementó en más de 13 mil casos solo del 2016 al 2017, los cuales siguieron en aumento a lo largo de estos años. Según los datos, la edad de las mujeres que más sufren de estas violencias oscila entre los 26 y los 45 años de edad.
“Todavía hay un camino enorme por recorrer, pero creo que en los últimos años se ha avanzado en visibilizar y reconocer que la violencia hacia las mujeres es un atentado contra los derechos humanos. Sin embargo, también hay mucha resistencia, se habla de la violencia más evidente, como el feminicidio o la violencia sexual, pero no necesariamente se abordan otras formas de violencia de género, como la violencia económica, o lo violento que es que las mujeres no decidan sobre sus cuerpos y vidas, la violencia contra las mujeres trans o lesbianas, entre otras”, recalca Meléndez.
Asimismo, manifiesta que es importante que se siga evidenciando que la violencia de género se erradique desde la prevención, no entendida solo como campañas aisladas de poco alcance, sino como una transformación sociocultural del imaginario del país.
2016 | 2017 | 2018 | 2019 | 2020 | 2021 (hasta junio) | |
Violencia física | 27 999 | 37 752 | 53 607 | 72 582 | 44 125 | 31 576 |
Violencia psicológica | 35 023 | 48 120 | 66 628 | 90 235 | 55 995 | 38 153 |
Violencia sexual | 7.488 | 9.012 | 12 839 | 18 044 | 13 843 | 10 266 |
Violencia económica | - | 433 | 623 | 1.024 | 532 | 304 |
Tentativa de feminicidio | 258 | 247 | 304 | 404 | 330 | 150 |
Feminicidio | 124 | 121 | 149 | 166 | 131 | 73 |