El 13 de abril, a la mitad de una quebrada de más de 300 metros en la parte alta del distrito de Cayma, en Arequipa, fue hallado muerto Beto Huamaní Iquiño, de 22 años. El joven estaba desaparecido desde el 28 de marzo.
Ese día, el mecánico había salido de su casa, del distrito de Mariano Melgar, con dirección al pueblo joven Embajada de Japón en Cayma, donde iba a reunirse con su socio y otros dos compañeros de trabajo.
Sin embargo, desde esa noche perdió todo tipo de contacto con sus familiares. “A su pareja le había llamado como a las 7.00 p. m. diciendo que le habían pegado y ya luego su celular estaba apagado”, dijo su hermana Maribel.
Pasaron los días y el joven no daba señales de vida. Ante ello, sus familiares empezaron a buscarlo y lograron contactar por Messenger con dos de sus compañeros con quienes salió a tomar.
“Primero nos dijeron que no sabían nada de él. Luego que sí tomaron, pero que se fue y no sabían nada. Finalmente, uno de ellos me dijo que mi hermano se ‘terqueó' y se fue sin polo por el techo. Le dije que me digan dónde tomaron y me dio la dirección”, añadió la hermana.
Con este dato, durante la mañana del martes 13 de abril, la familia realizó la búsqueda por la zona hasta que llegaron a la quebrada y divisaron el cuerpo. Ellos avisaron a la Policía Nacional para que sea llevado a la morgue y, además, señalaron que el joven deja a dos hijos, de 4 y 1 año, en la orfandad.