Al año, el Perú requiere un promedio de 600.000 unidades de sangre para atender sus necesidades. En el 2019, el país logró su cifra récord más alta en su historia, recaudó 420.000 unidades equivalente al 70 % del mínimo necesario; sin embargo, solo el 13.9 % del total fueron voluntarios, según Juan Almeyda, director general de Donaciones, Trasplante y Bancos de Sangre del Ministerio de Salud.
Mitos y creencias se han construido en torno a la donación de sangre. “Tengo un tatuaje", “podría engordar”, “me voy a debilitar” son algunos de los enunciados más escuchados. La Asociación Peruana de Donantes de Sangre (APDS) y Donante Pendiente son dos organizaciones que buscan desmitificar algunas ideas erróneas y a la vez apoyar a cientos de personas que requieren este tipo de donación.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la donación periódica de voluntarios no remunerados debe ser la “piedra angular” para obtener sangre segura de manera eficiente en un país. Si bien las cifras aún no son óptimas, Vanessa Vásquez, directora de Donante Pendiente, enfatiza en que se ha logrado varios avances desde que inició con la asociación que lidera.
En el 2014, ella con un reducido grupo decidió fundar Donante Pendiente, una asociación civil sin fines de lucro, para promover la donación voluntaria. El inicio del proyecto estuvo vinculado a la necesidad de un niño que padecía Leucemia, a quien Vásquez conoció cuando era voluntaria en la Fundación Peruana de Cáncer.
Seis años después, aún existe una gran necesidad por seguir encontrando donantes de sangre en el país. En todo este tiempo, a través de la institución, Vásquez ha identificado que la población no dona porque existe miedo, falta de información y procesos muy burocráticos al donar sangre. Por ello, no desestiman ningún pedido de ayuda.
“Para mí es el voluntariado más altruista que existe porque no hay nada que reemplace al donante de sangre. Puedes donar una casa, puedes donar juguetes, hacer una chocolatada, pero qué pasa si esa persona no tiene salud, de nada le sirve”, expresa Vásquez.
Hasta la fecha, Donante Pendiente ha salvado y ayudado a miles de personas, como comenta su directora. Su trabajo está en Facebook. En esa plataforma, las personas que necesitan sangre se contactan con ellos y la organización trabaja una mini campaña de visibilización del caso, como intermediarios. Así han podido lograr que las personas acudan a centros de salud para donar.
Por otro lado, la Asociación Peruana de Donantes de Sangre (APDS) también promueve la donación de sangre voluntaria en todo el país. Su apoyo está destinado a los hospitales del Minsa y de EsSalud, y buscan concientizar e informar a las personas sobre este acto altruista.
APDS se gesta en el 2014, después de notar que era una necesidad invisibilizada. Durante esos años, Claudio Yauri, director de la organización, notó que ante la escasez que tiene el país, se articulaban mafias y vendedores de sangre. “Ahí me di cuenta que es un problema cotidiano, pero que es invisibilizado, ya que no se comenta en el día a día”, expresa Yauri.
En todos estos años, él ha notado que las personas no donan por miedo o porque tienen los mitos muy interiorizados, pese a que la donación de una persona puede salvar 3 vidas. Para Yauri, la sangre va a ser una necesidad que se va a presentar en algún momento de vida de cualquier individuo.
“El problema de la sangre lo vamos a tener a mediano o largo plazo. Ahorita no lo ves porque no te está tocando en la realidad, pero ten la seguridad de que a un futuro alguien en tu familia va a necesitar sangre y ya choca con la realidad”, señala.
La Asociación Peruana de Donantes de Sangre (APDS) hace campañas de donación en diversos puntos del país. Para ello, publican en sus redes sociales los puntos y horarios para que las personas se acerquen o pre inscriban para ser recibidas a una hora determinada en la ubicación planteada.
Si bien donar sangre es positivo para la salud, todavía hay mitos erróneos sobre el acto. La poca donación de sangre en el país afecta a todas las personas. Por ello, es necesario continuar haciéndolo, más aún en el desarrollo de la pandemia desatada por la COVID-19. Aún falta que muchas personas se solidaricen con la causa o comprendan la necesidad.
“La escasez es un problema que ataca a todos, sin importar la edad que tengas, el sexo, en dónde vivas, si eres rico o pobre, al final de cuentas siempre vamos a necesitar sangre así te internes en la mejor clínica con el mejor doctor, si no hay sangre en esa clínica te puedes morir”, finaliza Yauri.