Cusco. En pleno aislamiento social, el Poder Judicial tuvo que dictar medidas de protección para quienes vivían el infierno de la violencia familiar. Los agresores no conocían límites para sembrar el terror en sus hogares a pesar de las restricciones por el estado de emergencia.
El Juzgado de Emergencia, a cargo del magistrado Luis Joel Peña Mendoza, dictó las garantías por tratarse de casos de riesgo severo.
En Cusco, una joven mujer tuvo que recurrir a las autoridades para poner alto a los maltratos físicos y psicológicos que sufría de parte del padre del hijo que lleva en el vientre. El juzgado determinó contra el agresor mantener distancia de la víctima y recomendó al Ministerio Público y la Policía Nacional aplicar los protocolos de protección.
Los otros dos casos sucedieron en la provincia de Espinar, donde dos menores fueron rescatados del ambiente hostil en que se habían convertido sus hogares, situación que empeoró en los días de aislamiento en que fueron víctimas de sus progenitores.