¿Qué le falta a la ciudad?

Las estrechas calles y los esporádicos negocios en algunas avenidas impiden un eficiente tránsito vehicular en Chiclayo.,El viajar en una combi o micro a cualquier hora del día en Chiclayo cada vez se vuelve una crítica situación, sobre todo en las llamadas “horas punta”, donde los pasajeros sobreviven a una aventura obligada. Combis que trasladan más personas de lo debido, pasajeros apretados dentro de una unidad, la falta de hábito para ceder el asiento reservado o el estridente ruido musical que proviene de parlantes sobre los asientos son algunos ejemplos del caos que impera en el transporta urbano. PUEDES VER: El vía crucis del proyecto “Chiclayo Limpio” por la corrupción y la burocracia “Si en una combi nadie quiere ceder su asiento, estamos frente a un factor propicio para el caos vehicular. Las unidades de transporte consideran a las personas como mercancías que generan ganancias. Es necesario una reforma del transporte en la ciudad”, dice el ingeniero Antonio Rabanal. Rabanal agrega que es tarea de la Municipalidad Provincial de Chiclayo poner en vigencia una nueva ordenanza que contenga nuevas reglas y sanciones para el sector transporte. “Los cambios no solo deben ser a nivel de infraestructura, sino también en el comportamiento del gremio de transportistas. Es necesario que haya un debate sobre el impacto del caos vehicular en la vida cotidiana”, dice. Desorden urbano Según la Coordinadora Regional de Transporte Público, en la provincia de Chiclayo circulan 1,000 camionetas rurales urbanas (combis); 1,500 camionetas rurales interurbanas 1,000 colectivos urbanos; 2,000 colectivos interurbanos; 15, 00 mototaxis y 30, 000 taxis. Para el ingeniero ambiental consultor Miguel García Puémape, es difícil para el municipio de Chiclayo prohibir la circulación de miles vehículos debido a que no existe un Plan Regulador de Rutas y un Plan de Desarrollo Urbano que se relacione con el impacto que tienen las unidades sobre el ambiente y la infraestructura. “Las estrechas calles y los esporádicos negocios que colman algunas avenidas impiden un eficiente tránsito vehicular. Esta situación afecta las comodidades de los pasajeros y transeúntes, los cuales les pueden generar estrés en un corto plazo”, señala. García subraya que no es posible desplazar miles vehículos y por ende tener calles sin emisiones de combustible en los próximos diez años, sin embargo, sería suficiente ejecutar grandes proyectos para aliviar el caótico tránsito vehicular en las calles de Chiclayo. “Es necesario construir autopistas para descongestionar vías principales como las avenidas Salaverry, Víctor Raúl Haya de La Torre y Bolognesi. También la edificación de by-pass para agilizar el tránsito de vehículos menores por encima unidades pesadas”, precisa. Agrega que las zonas congestionadas son las calles Arica, Juan Cuglievan, Elías Aguirre, Teniente Pinglo; además de las avenidas Sáenz Peña, Augusto B. Leguía, José Leonardo Ortiz, específicamente a la altura del Banco de la Nación. “Hay que plantear un proyecto para cerrar de manera definitiva el tránsito vehicular en la calle Elías Aguirre, para dar paso a un proyecto de peatonalización de esta vía. La idea es normalizar el tránsito vehicular y ofrecer seguridad a los ciudadanos”, aclara.