María Rosa Lorbés. La relación entre los dos hermanos Fujimori, el seguimiento cotidianos de la cara con que amanecen los dirigentes de "la oposición" y el "baile" del señor Kuczynski al salir del Congreso el 28 tienen distintos niveles de relevancia política, pero ninguno de estos asuntos preocupa de verdad a los ciudadanos de a pie, aunque se entretenga con ellos. Ocurre, entonces, una vez más, que la distancia entre la agenda de los ciudadanos y la agenda de los medios se agranda. Y el ciudadano común y corriente, que no carece de sentido crítico, constata que en esos días "patrios" sus problemas, que tienen que ver con el trabajo, los estudios, la inseguridad, la salud, son eso: SUS problemas, invisibles en la escena pública. Mientras, los rifirrafes en los medios |resultan "líos ajenos". Uno de esos temas sociales, humanos, (hay decenas) invisibilidades invisibles en el debate público es el problema de la trata de personas en nuestro país. Una lacra mundial que el papa Francisco, que nos visitará pronto, ha calificado de crimen de lesa humanidad, una suerte de "esclavitud moderna", afirmó con ocasión del Día Mundial de la Trata de Personas el 30 de julio. Según la Organización de las Naciones Unidas, entre 2012 y 2014 fueron identificadas en 106 países más de 63.000 personas como víctimas, la mayoría de ellas –alrededor de un 70 por ciento– mujeres y niñas. De acuerdo a un reciente informe de este diario, en el Perú cada día miles de niños, niñas, adolescentes y adultos son víctimas de trata en todo el país, y no solo en zonas de minería ilegal como La Pampa, en Madre de Dios o La Rinconada, en Puno. Grandes ciudades como Cusco, Arequipa, Trujillo y la propia Lima sufren este flagelo. La modalidad más común en el país es la trata con fines de abuso sexual, pero las leyes peruanas también consideran otras cuatro variables: la explotación laboral (como el caso de Jovi y Jorge Luis en el incendio de las Malvinas), la mendicidad, el tráfico de menores. La trata es un problema NUESTRO, y es REAL. No les demos la espalda a esas víctimas. Denunciemos, prevengamos y vigilemos y exijamos justicia y reparación para ellas. ❧