Los orgasmos suelen ser vistos como uno de los momentos más placenteros durante las relaciones sexuales, sin embargo, esta no es una experiencia universal. A pesar de que el tema rara vez se aborda, hay mujeres que han compartido su vivencia de un dolor agudo, comparable a un calambre, en la parte baja del abdomen tras alcanzar el clímax.
Este fenómeno, aunque menos conocido, puede generar preocupación y afectar la calidad de la vida sexual de quienes lo padecen. Según los especialistas, es importante destacar que este tipo de dolor no es normal y podría ser un indicio de una condición médica subyacente que requiere evaluación y tratamiento.
La disorgasmia es un trastorno del orgasmo que provoca molestias en las mujeres durante relaciones sexuales que, en principio, deberían ser placenteras. En diálogo con la revista Cosmopolitan, Katherine McHugh, obstetra ginecológica de Indiana University Health, dijo que la manifestación más común de esta disfunción sexual es un dolor intenso en la zona pélvica tras experimentar un orgasmo.
"Por lo general, la disorgasmia no se relaciona directamente con el dolor ocasionado durante o después del orgasmo por contracciones uterinas intensas. Este tipo de molestias suele clasificarse como dispareunia, que corresponde al dolor durante el coito o las relaciones íntimas", explicó, por otro lado, el ginecólogo Antonio Carballo.
Existen muy pocos estudios médicos sobre la disorgasmia, pero especialistas aseguran que las causas pueden ser por factores fisiológicos o psicológicos como por ejemplo:
Si bien existen varias causas por las que puedes sufrir de disorgasmia, una de las soluciones para solucionar este mal es mejorando las relaciones sexuales. Para ello, sigue los siguientes consejos:
El orgasmo es reconocido como el punto culminante de la excitación sexual, una intensa sensación de placer físico que se produce por la liberación de tensión erótica acumulada. Tanto hombres como mujeres pueden experimentarlo, ya que está regulado por el sistema nervioso autónomo.
Generalmente, se acompaña de acciones involuntarias, como espasmos musculares en diversas partes del cuerpo, una sensación general de euforia, movimientos corporales y vocalizaciones espontáneas. Después del orgasmo, se da el llamado período refractario, que suele ser una etapa de relajación. Esto se debe a la liberación de neurohormonas como la oxitocina y la prolactina, además de endorfinas, que contribuyen a una sensación de bienestar.