Poca ropa, mucho sexo y tecno es lo que ofrece el KitKat, uno de los clubes más famosos de Berlín en Alemania. Las colas para ingresar suelen ser muy largas y selectivas. No todos ingresan a este club que, por su carácter libertino se debe cumplir con un dress code caracterizado por el fetichismo, látex, cuero y alguna parte del cuerpo desnuda. De hecho, ir en ropa interior es lo común, y si van muy vestidos es frecuente que los asistentes tengan que dejar algunas prendas en el guardarropa.
Este club sexual fue fundado en 1994 por el cineasta pornográfico austriaco, Simon Thaur, y su compañera de vida Kirsten Krüger. Se inspiraron en el club nocturno (Kit Kat) del musical "Cabaret", local que en 1930 el productor teatral Harold Prince ubicó en Berlín pese a la negativa del partido Nazi.
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Con el lema central "perversión de alto nivel", sus fiestas han tenido repercusión política, por lo que se han visto obligados a cambiar varias veces de ubicación. En 2001, cuando el partido conservador gobernaba en la capital alemana, los fundadores fueron perseguidos por la Policía y acusados de incitación sexual.
Pero en estos tiempos las cosas han cambiado, y el Kit Kat Club ha sobrevivido al COVID; sin embargo, lo que se sabe de lo que ocurre en las noches de esta disco es porque algunos periodistas de medios internacionales (como El Mundo, Vice y La Verdad) han logrado ingresar para reportear, pero cumpliendo las reglas del lugar: sin cámaras o celulares.
Según las descripciones y algunos videos filtrados o expuestos por personas autorizadas, al entrar al club puedes ver sus paredes decoradas con imágenes de prácticas y posturas sexuales y predominan los dibujos psicodélicos con colores estridentes. Además, cuenta con distintos elementos eróticos como una piscina, columpios, tubos pole dance, pedestales para bailar y exhibirse y grupos de sofás encastrados en nichos e incluso camas.
Adentro del Kit Kat Club. Foto: @piepshow_berlin / Instagram
Asimismo, puedes encontrar gente de todas las edades. Desde jóvenes que apenas tiene la mayoría de edad hasta jubilados. Y con su también lema "haz lo que quieras, pero comunícate", se practica el sexo en público, sea hetero u homosexual, así como la autosatisfacción y el exhibicionismo.
"KitKatClub ha sabido ganarse el respeto y la empatía de casi todo aquel que opta por apurar allí las últimas horas de la noche. Al fin y al cabo, el que una pareja, un trío o un cuarteto se lo monte al lado de la barra escogida estratégicamente para beberse el último cubata en paz, acaba convirtiéndose en algo así como un partido de fútbol. Si no te interesa, no le haces ni caso", reporta uno de los periodistas que estuvo en el lugar.
Kit Kat Club. Foto: BabylonBerlin