Uno de los efectos colaterales de la pandemia de la COVID-19 es la disminución del deseo sexual. Según el estudio internacional de Autoestima, Placer y Sexualidad realizado por la doctora especialista en sexología Jenny Marques, al menos el 73% de las personas no ha disfrutado plenamente de su sexualidad durante el confinamiento.
La sexóloga, docente e investigadora detalló que del total de personas consultadas, al 60% se les redujo el deseo sexual a cero. “Algunas personas creen que no pueden o no tienen derecho al sexo, a relajarse o disfrutar en medio de los problemas. Pero, en realidad la cosa es al revés: ¿Qué tal si con todas estas preocupaciones me doy un descanso? ¿Qué tal si me tomo un recreo, unos días libres o me doy una ducha de 20 minutos con música a todo volumen? ¿Qué tal si me masturbo o me doy un auto masaje?”, explicó Marques a Infobae.
Las principales causas de la disminución en los orgasmos fueron las viviendas multifamiliares, las presencia de los niños en la casa, los excesos de jornada de teletrabajo y preocupaciones económicas, de acuerdo con los resultados del análisis en el que participaron hombres y mujeres de diferentes países de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
“Hay casos de personas que para evitar los traslados y cuidar a los padres se fueron a vivir todos juntos, y con la presencia de nuevas personas en el hogar no había espacio para la intimidad. Las clases de los niños desde la casa también tuvo un impacto severo en el deseo sexual de las parejas, por tener que atender a los niños mientras están estudiando”, precisó la especialista.
El agobio y la tensión generada por los cambios en las rutinas, así como la aplicación de nuevos patrones de conducta para prevenir el contagio del nuevo coronavirus también son motivos por los que las personas han tenido menos sexo durante el aislamiento.
Marques atribuyó a los altos niveles de estrés el bajo rendimiento sexual de las personas. “Debemos aprender a poner la mente en modo sexo”, dijo Marques. “Sí, nos podemos activar con caricias y besos. Pero, si en la cabeza tenemos problemas y nos quedamos viendo el techo, no hay forma de que el cerebro se entere de que algo está pasando. Si le estoy mandando a mi mente los mensajes errados la activación no va a ocurrir”, detalló.
Los bajos índices de actividad sexual se deben en mayor parte al estrés, la ansiedad, peleas en pareja, dependencia a la pornografía y depresión.
Según los consejos de la especialista, es posible activar la sexualidad siguiendo estos consejos: