Revolución menstrual. Así se le ha denominado a esta época en el que se va visibilizando la idea de que la menstruación es un proceso normal y ya no más un tema tabú como durante siglos permaneció.
Pese a que aún existan mujeres en Nepal y en otros lugares del mundo que son obligadas a permanecer en los cobertizos durante su periodo, en otros espacios los estigmas van desapareciendo y se va teniendo una mayor conciencia sobre la higiene menstrual.
Si se toma en cuenta que cada mujer utiliza alrededor de 14.000 tampones durante toda su vida, y que estos y las toallas sanitarias producen aproximadamente 100 mil millones de desechos cada año, concluiremos que en este proceso se es capaz de producir una gran cantidad de residuos.
Sin embargo, para hacerle frente a la contaminación ambiental, se han ido creando nuevas alternativas ecológicas para hacer más llevadero esos ‘días rojos’. El objetivo principal es reducir residuos al mínimo en todos los sentidos.
Según un estudio científico publicado en la revista Lancet Public Health, las copas menstruales son un método seguro y eficaz para las mujeres en los días de regla. El 70% de quienes la utilizaron aseguraron que la prefieren frente a otros métodos para el periodo como las toallas higiénicas y tampones.
¿Qué es una copa menstrual? La copa menstrual es un pequeño recipiente de silicona que se introduce en la vagina, de tal manera que recoja el fluido menstrual, para luego ser vaciada y nuevamente introducida. Este repositorio puede estar dentro de tu cuerpo hasta 12 horas, sin que tengas que preocuparte si manchaste tu pantalón o no.
A diferencia de los tampones y las toallas, la copa menstrual no produce ninguna infección vaginal, pues está hecha de materiales hipoalergénicos y sin químicos.
¿Si aún no he tenido mi primera relación sexual, puedo usar la copa menstrual?
La obstetra Maria Elena Galarreta explica que todas las mujeres pueden usar la copa menstrual, sin excepción alguna. “Así no hayas tenido experiencia sexual penetrativa o introductoria, todas podemos utilizar la copa. El himen no impide el ingreso de esta, si se entrena correctamente e identifica la flexibilidad y el acceso que permite tu vagina”, señala.
En el Perú, las puedes conseguir con precios que oscilan entre los 100 y 140 soles. Puedes consultar con la marca Meluna Perú, Copa Menstrual Perú, Copa Menstrual en Lima y más.
Las puedes adquirir en diferentes tamaño y niveles de absorción. No cabe duda que es la mejor alternativa frente a las toallas higiénicas de plástico, ya que solo necesitas enjuagarlas o lavarlas en la lavadora.
Esta también es una gran alternativa para quienes son alérgicas al material de las compresas. Asimismo, no generan olor porque no tienen químicos ni geles.
Sus características principales es que son reutilizables y libre de químicos. Se trata de una ropa interior que luce como cualquier otra, pero que se distinguen porque posee varias capas absorbentes y antibacterianas, a fin de que se eviten los malos olores. Muchas mujeres la usan como protección adicional con el tampón o la copa.
Un producto sostenible que no se mueven ni te dan esa desagradable sensación de pañal mojado. Tener en cuenta que hay que sustituirlas por unas limpias cuando te sientas húmeda.
Funcionan exactamente como los tampones normales, solo que estos están fabricados completamente con algodón orgánico y no contienen cloro, fragancia u otros químicos. Vale mencionar que también pueden causar el síndrome de shock tóxico.
tampones ecológicos
Así se trate de una esponja de material sintético o proveniente del mar, primero debe ser humedecida y posteriormente introducida dentro de la vagina para que absorba la sangre.
En el caso de las esponjas marinas, estas son recolectadas en el fondo del océano y se reproducen muy rápido. Lo más importante es que no crean desperdicios, aunque eso dependerá de la técnica de recolección, el tipo de esponja y la sostenibilidad del tipo de pesca.
Aunque en la actualidad son pocas las mujeres quienes aplican este método, lo cierto es que es la alternativa más sostenible porque no implica el uso de ningún producto. Quienes no practican aseguran que han aprendido a sentir el momento en que el fluido menstrual está a punto de bajar.
Algunas personas lo combinan con otras alternativas ecológicas, especialmente cuando están fuera de casa.